Tim Berners-Lee lanza su ContractForTheWeb.org para ’salvar internet’
Tim Berners-Lee, el inventor de la red, ha lanzado un plan de acción global, el Contrato para la Web, para poner fin al creciente mal uso de internet, y garantizar que esté protegida como una fuerza para hacer el bien. Según Berners-Lee, el fracaso de los gobiernos y las compañías digitales a la hora de defender una internet libre y abierta abre el camino hacia una “distopía digital” de arraigada desigualdad, abuso de derechos, ninguna privacidad y desinformación.
Esta campaña se inició hace un año y culmina ahora con la presentación en su propia página (ContractForTheWeb.org) de los nueve principios que la constituyen: asegurar el acceso universal a internet, mantener toda la información disponible todo el tiempo en todas partes, respetar el derecho fundamental de todas las personas a la privacidad de sus datos, asegurar que conectarse a la red es asequible para cualquiera, respetar la privacidad de las personas como una manera de construir la confianza en línea, desarrollar tecnologías que respalden lo mejor de la humanidad y reten a lo peor, que los ciudadanos tengan la oportunidad de colaborar y crear dentro de la red, construir comunidades fuertes que respeten la dignidad de las personas y, por último, Berners-Lee anima a los ciudadanos a luchar por internet.
El inventor de la web cree que es importante que el plan tenga un respaldo generalizado, ya que establece 76 cláusulas, acciones concretas que gobiernos, empresas y ciudadanos pueden y deben tomar para garantizar una red segura y empoderadora para todos.
Un contrato para la web (Enrique Dans)
Cuando, en marzo de 2018, recibí las primeras noticias acerca de la iniciativa que Tim Berners-Lee, creador de la web, estaba diseñando para tratar de mejorar el estado actual en el que ha devenido su creación, lo miré con cierto escepticismo, aunque me apresuré a ofrecer mi modesto apoyo para contribuir a ello en todo aquello que estuviese a mi alcance. La carta que publicó entonces, con motivo del 29 aniversario de su creación, me pareció sólida, bien fundamentada y digna de ser apoyada.
A partir de ahí, Tim ha estado trabajando en el desarrollo de lo que se ha dado en llamar «un contrato para la web«, tratando de reunir apoyos y consenso para una serie de ideas que prácticamente cualquier usuario de la web entendería como de auténtico sentido común, pero para unos tiempos en los que, desgraciadamente, ese sentido común parece haberse convertido en el menos común de los sentidos, y hemos llegado a normalizar muchas cosas que jamás deberían haber sido normalizadas. Mi institución, IE University, ha formado parte del consorcio para el desarrollo de este contrato desde sus inicios.
El anuncio de hoy es una manera de intentar evaluar el apoyo que un contrato como este, nueve principios para una web mejor con cláusulas orientadas tanto a gobiernos como a compañías y ciudadanos, puede llegar a generar. ¿Una declaración de buenas intenciones? Muchos de sus elementos pueden invitar a pensar que es tan solo eso, pero cuando detrás de la iniciativa está la persona que dio origen a la web, la que pudo pensar en capitalizarlo individualmente y tratar de hacerse rico con ella, y que renunció a ello al entender perfectamente el potencial papel dinamizador que podía tener para toda la sociedad, creo que merece absolutamente todo el apoyo que le podamos dar. La web de hoy se ha desviado muchísimo de lo que debía haber sido, y lo ha hecho en gran medida por lo mismo por lo que se desvían tantos buenos proyectos: por la ausencia de organismos que los regulen por encima de intereses tan poderosos como los de gobiernos y corporaciones. Hoy la web es desde un escenario de guerra y sabotaje, hasta un lugar de espionaje de los hábitos de sus usuarios, pasando por un incómodo escenario comercial agresivo o por un sitio para el engaño, el acoso o el insulto. Cambiar eso depende de todos, y una forma de intentar hacerlo puede ser dando valor a una iniciativa que viene nada menos que de quien inició todo eso, ese lugar común en el que yo estoy tecleando, y vosotros leyendo y, espero, dentro de un ratito comentando.
¿Que no va a servir para nada? ¿Que resulta absurdo ver a determinados actores que consideramos nada dignos de confianza – o incluso causantes de muchos de los problemas de la web – entre los que supuestamente apoyan la iniciativa? ¿Que ya es demasiado tarde? ¿Que no hay ninguna autoridad capaz de forzar a gobiernos o a grandes corporaciones para que cambien su forma de relacionarse con la web? Sí, indudablemente, las cosas no van a ser sencillas. Pero resignarse, quedarse en los obstáculos y en el «es que no puede ser y además es imposible» es, sin ninguna duda, la peor manera de intentar cambiar las cosas. Empecemos por lo que queremos hacer, por lo que creemos que es importante que se haga, y después ya resolveremos el cómo. Si estás de acuerdo, pásate por esta página y firma el contrato, sea como individuo o como institución. Cuantos más seamos, más posibilidades de que una iniciativa así llegue a algo.
This post is also available in English on my Medium page, «Let’s throw our collective weight behind Tim Berners-Lee’s contract for the web«