"Turcomanos, tan cerca y tan lejos", Quim Monzó

Turkmenistán ha encontrado la mejor forma de luchar contra el coronavirus: prohibir la palabra. Reporteros sin Fronteras (RSF) explica que el término ha desaparecido de los opúsculos de información sanitaria que se distribuían en las escuelas, los lugares de trabajo y los hospitales. Jeanne Cavelier, jefa de zona de la oenegé, lo resumía así: “Adoptando este extremo método para erradicar toda la información sobre el coronavirus, las autoridades turcomanas han actuado al nivel de su reputación. Esta negativa a informar no solo pone en peligro a los turcomanos con más riesgo sino que refuerza el autoritarismo impuesto por el presidente Gurbanguly Berdimuhamedow. Urgimos a la comunidad internacional a reaccionar y hacer que se ponga a la tarea por sus sistemáticas violaciones de los derechos humanos”.

Los turcomanos no pueden viajar fuera del país, las universidades rechazan a los alumnos que tienen apellidos no turcomanos, y la enseñanza de la lengua de los beluchis, una minoría étnica, está prohibida, igual que la de los uzbekos. Según el índice de libertad de prensa de RSF, el país ocupa el último lugar del ranking. A las minorías religiosas se las castiga con la prisión. La homosexualidad está prohibida.

Cuando luchas contra un problema grave, nada mejor que prohibir la palabra que lo define

En Occidente los eufemismos son desde hace décadas el pan nuestro de cada día. Cuando a principios de la década muchos jóvenes emigraron al extranjero, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, prefería no hablar de emigrar por el paro sino de movilidad exterior . Cuando aquella crisis hizo que el PIB sufriera la mayor recesión de la historia reciente, el ministro Solbes prefirió no llamarlo crisis , sino crecimiento negativo . Zapatero era un maestro: para no hablar de crisis hablaba de estancamiento , frenazo , condiciones adversas , repentina desaceleración ... Para no hablar de recortes , por aquella misma época el gobierno español prefería hablar de ajustes , austeridad o reformas estructurales . Todo eso sin olvidar el conejo que se sacó de la chistera Artur Mas cuando era pre­sidente: para no decir copago de las medicinas, se ingenió el insuperable ticket moderador .

Ahora bien, eso de que a los medios de comunicación turcomanos les hayan prohibido utilizar la palabra coronavirus me recuerda sobre todo la decisión del gobierno español cuando, hace unos años, prohibió que las emisoras públicas de radio y televisión catalanas hablasen de presos políticos porque, según ellos, lo que eran (y son todavía ahora, con coronavirus o sin) es políticos presos . Y después de un día viene otro.

, 21/04/2020 - lavanguardia