“De esta vamos a salir más pobres y más tontos”, Óscar Tusquets

Seis meses y una pandemia después de la aparición de Pasando a limpio (Acantilado), un compendio libre e implacable de sus ideas sobre la vida y el arte, Oscar Tusquets ya tiene en cartera un nuevo ensayo cuyo título provisional es Vivir no es tan divertido y envejecer, un coñazo . Dentro de unos días cumplirá 79 años y presume de “viejo cascarrabias”, aunque la suya no es una indignación enrocada, sino vital y divertida, motor creativo y preludio, casi siempre, de una gran carcajada.

CRÍTICO Y VITAL

“Yo siempre digo ‘dejadme llegar a la muerte vivo’; veo mucho cobarde”

¿Envejecer es un coñazo?

Empecé a escribir el libro antes de la crisis del coronavirus y era un panfleto. Pero ahora tiene una lógica demoledora: la aceptación de la muerte. De eso hablo. La lucha por la vida y el triunfar sobre la muerte es una cosa fantástica, y en cambio el conformarse se ve como una cobardía. Y yo digo que eso es totalmente absurdo y que vivir no es tan divertido. Mi hermana [la escritora y editora Esther Tusquets], que murió antes de tener mi edad, me dijo esto de que la vida es corta es una mentira, que da para muchísimo. Estoy totalmente de acuerdo. Tengo todos los testamentos vitales firmados y he pedido a médicos amigos que me ayuden a morir con dignidad, sin dar la paliza la a gente, sin mortificar a mi familia, sin arruinarla y sin sufrir.

¿La pandemia le ha hecho pensar más en la muerte?

No, ya lo tenía pensado. De niño la muerte es inimaginable, pero si a los 70 años sigue siéndolo es que eres un poco tonto.

Por fin ha llegado el desconfinamiento.

Sí, y el primer día fuimos a comer a una terraza con la gente de la editorial Apartamento, que me han publicado el libro Sketchbook: The Industrial Design of Oscar Tusquets Blanca , que recoge bocetos de mis diseños, y estuvimos riendo, comiendo, bebiendo, desde la una y media del mediodía hasta la una y media de lo noche. Viviendo. Yo siempre digo ‘dejadme llegar a la muerte vivo’. Veo mucho cobarde. Todos esos políticos dándome consejos morales... ¡Por favor,! Quiero una persona como la Merkel, una matemática que me muestre los datos y deje de darme consejitos y de presionarme como si fuera un niño.

Le noto disgustado.

Cabreado. Tengo facilidad para la indignación y la edad lo agrava. De esta vamos a a salir más pobres y más tontos. Es falso que vayamos a salir más sabios y con la ciudad más lógicamente utilizada.

Eva Blanc
 

Eva Blanc (Eva Blanc)

Lo de más pobres lo entiendo, pero ¿lo de más tontos?

Nunca he oído decir tantas tonterías. Que la pandemia es consecuencia del mundo moderno, que es por demasiada tecnología… La pandemia se ha extendido con más velocidad pero con menos virulencia que las pandemias medievales o que la gripe española. Lo que pasa es que la alcaldesa Colau odia el coche, odia el turismo, y por fin va a echar a unos y otros aprovechándose de una circunstancia dramática.

Pero como arquitecto, ¿no le hace pensar qué tal vez haya otras formas de vivir la ciudad?

La ciudad no tiene culpa de lo que ha pasado. Vivir agrupados, evidentemente facilita la transmisión, las ciudades han padecido más que los pueblos aislados, vale, sí, ¿esto pone en crisis la idea de la ciudades grandes? Me parece de un gran oportunismo. Javier Marías decía en un artículo que todo el mundo está aprovechando la crisis para sus propias reivindicaciones. Estoy de acuerdo. Y también con John Carlin cuando se pregunta si los viejos tenemos derecho a mortificar a los jóvenes. Y lo digo yo, que voy a cumplir 79 años. No sé si tengo derecho a paralizar el país y el futuro de mis hijos. Hay mucho cobarde.

Y entonces, ¿lo dejamos todo como está?

No, nos obliga a replantear otras cosas a escala global. Por ejemplo, viajamos demasiado y además lo hacemos de una manera muy estúpida. El low cost de la aviación ha hecho un daño urbanístico universal. Si una secretaria no puede ir a las Seychelles no pasa nada. Cientos de miles de personas yendo de arriba abajo con Ryanair no tiene el más mínimo sentido.

¿Cada vez es más pintor y menos arquitecto?

La profesión se ha vuelto muy triste. Es una formación entre científica, artística y humanística que me parece cojonuda para hacer lo que sea pero hoy todo se reduce a pelear con ordenanzas incompatibles, con compañías de seguros, hablar con abogados. Yo tengo hijos de casi 16 años y no les recomendaría que fueran arquitectos. Mi padre me aconsejó que no estudiara Bellas Artes, sino algo económicamente mucho más garantizado como la arquitectura. Ya ves. Me ha gustado ser arquitecto, pero habría ganado más dinero haciendo Bellas Artes.

¿Seguro?

Yo creo que sí. No habría sido tan bueno como Antoñito López pero habría sido un pintor figurativo de los pocos que quedaban y por lo tanto… Sí, pienso que sí. La arquitectura me ha dado alguna alegría pero muchos problemas Es muy dura. Cuando me preguntan ¿qué virtud debería tener alguien para hacer arquitectura? Yo digo, salud. Y lo digo muy en serio.

Y ahora pinta arquitecturas.

Lo último es un cuadro incompleto de la Sagrada Família incompleta. Estos días he pintado a mis hijos y me he hecho un autorretrato confinado. Me lo pasé muy bien haciéndolo. Algunos amigos me han dicho que estoy muy serio, como si estuviera cabreado, pero es que cuando uno está pintando está preocupado porque le salga bien. Ja, ja, ja.

, Barcelona

08/06/2020 - lavanguardia