maniobras militares (des)UE vs Turquía en el Egeo

Corresponsal en TURQUÍA
28/08/2020 03:25 | Actualizado a 28/08/2020 06:51

La piedra en el zapato de Turquía tuvo nombre catalán: Castellroig. La más oriental de las islas griegas fue también la más remota de las posesiones de la Corona de Aragón. Ahora, el espléndido aislamiento de sus cuatrocientos ciudadanos –a 130 kilómetros de Rodas y 500 de Atenas– basta para que Grecia extienda sus aguas territoriales como por ensalmo.

Turquía ha sido injustamente acorralada en su litoral, exclama el gobierno turco. Y tras los hallazgos de gas de la última década en el Mediterráneo Oriental, ha decidido echarle un pulso por las bravas a la Convención de la ONU sobre los Derechos del Mar, que Ankara nunca firmó.

Las armadas de Italia y Francia realizan maniobras junto a Grecia y Chipre frente a la intimidación turca

“Haremos lo que tengamos que hacer y estamos dispuestos a pagar el precio”, tronó anteayer Recep Tayyip Erdogan, en defensa de sus prospecciones de gas, fuertemente escoltadas, en aguas disputadas con Grecia o Chipre.

En Turquía la actualidad política se hilvana tranquilamente con hazañas bélicas. En este caso, el presidente turco se desplazó al campo de batalla de Manzikert, donde hace mil años los turco seljúcidas invadieron Asia Menor tras derrotar a los bizantinos. Erdogan también tuvo un aviso hacia “los que hace un siglo tuvieron que salir por piernas de Anatolia”, en referencia a los griegos.

Mientras tanto, las armadas de Grecia, Chipre, Francia e Italia continuaban ayer sus maniobras conjuntas entre Creta y Chipre. Aunque el buque de prospección turco Oruç Reis debería haber terminado su labor el día anterior, esta ha sido prolongada. Asimismo, Turquía ha advertido de maniobras navales de tiro.

La primera víctima colateral es la citada Kastelorizo. El aislamiento, esta vez, está yendo demasiado lejos -agravado por la pandemia y los cañonazos verbales- para una isla que vive del turismo. El transbordador que la une con la costa turca, en Kash, a dos kilómetros, debería haber reanudado su trayecto hace cuatro semanas, pero las circunstancias lo han hecho imposible.

Todo lo que se consume ahora en la pintoresca Kastelorizo debe traerse desde Rodas o Atenas. Pero también en Kash se quejan de la falta de cash, en una temporada para olvidar. Esta semana, además, uno de los yates más lujosos del mundo no abandonará Kastelorizo para ir allí de compras.

Cabe decir que en la bucólica isla se rodó “Mediterráneo”, ganadora en 1991 del Óscar a la mejor película extranjera, que versa sobre los últimos compases de la ocupación italiana, en 1942.

Las letras cambian, pero la tonada mucho menos. Alfonso el Magnánimo dictaba lo siguiente, en 1450: “ Nos de present scrivem a nostre sant pare supplicant a sa santedat que nos vulla donar una illa en Levant nomenada Castell Roig, la qual essent en temps passat del mestre de Rodes, los turchs despoblaren ”.

El papa Nicolás V accedió a la petición del Emmanuel Macron de la época. Y el almirante Bernat de Vilamarí se afanaba a levantar el “Castell Alfonsí”, que no evitaría la conquista otomana setenta años más tarde, en 1522.

Aunque en tierra firme, la República Turca controla infinidad de localidades que fueron griegas -como la actual Kash- en Ankara aún escuece que el tratado de Lausana la dejara prácticamente sin ninguna isla.

El gas no solo ha caldeado la delimitación marítima, sino que ha enconado el problema de Chipre, la isla dividida. Con el añadido de que hay casi tanto en juego en la canalización del gas como en su misma extracción. Cuando Turquía era el país musulmán mejor relacionado con Israel, otra geometría era posible. Ahora la Presidencia de Turquía termina sus vídeos de recreación guerrera con un largo plano de la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén. E Israel y el Egipto de Al Sisi apuestan por canalizar su gas vía Chipre y Grecia.

Sin embargo, la retórica militarista enmascara los sinsabores de la reencarnación neo otomana. En Siria, Bashar el Asad sigue en Damasco. En Libia, Erdogan no se ha atrevido a cruzar la línea roja trazada por Al Sisi en Sirte.

Ayer, el Parlamento griego ratificó el acuerdo de delimitación marítima con Egipto que echa por la borda el suscrito entre Erdogan y el acorralado ejecutivo de Trípoli. Y hoy, Atenas presionará para que la UE sancione a Turquía. Tras la marejada y los respectivos órdagos, volverán a repartirse cartas.

Corresponsal en Bélgica
27/08/2020 00:27 | Actualizado a 27/08/2020 09:36

Aumenta la tensión entre Turquía y la Unión Europea por las prospecciones en el Mediterráneo oriental a la búsqueda de reservas de gas. El último episodio lo protagonizan las maniobras militares conjuntas que están realizando Francia, Italia, Grecia y Chipre en la zona, en lo que se interpreta como una demostración de fuerza frente a Ankara que había enviado al barco Oruc Reis para realizar investigaciones sísmicas. Esta es la clave que explica el nuevo peldaño en el enfrentamiento entre Turquía y la UE, el acceso a los importantes yacimientos de gas descubiertos en aquellas aguas.

Por parte europea, es Francia quién se ha erigido en el socio más beligerante al lado de Grecia, en este enfrentamiento con Turquía; tensiones que Emmanuel Macron multiplica en todos los frentes, sea el Mediterráneo Oriental, Libia o la OTAN. Ayer, la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, lanzó su advertencia al anunciar las maniobras militares. “El Mediterráneo oriental se transforma en un área de tensiones. El respeto del derecho internacional debe ser la regla y no la excepción. Con nuestros socios chipriotas, griegos e italianos hoy emprendemos un ejercicio militar con medios aéreos y marítimos”, escribió la ministra en Twitter, para añadir que el Mediterráneo oriental no puede ser “un terreno de juego para las ambiciones de algunos”.

Por su parte, el Ministerio de Defensa griego dijo que estas maniobras de los cuatro países responden al incremento de las tensiones en la zona por los prolongados conflictos. “Estas tensiones se ven agravadas por el descubrimiento de recursos naturales en el mar, una situación que ha dado lugar a repetidas violaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos) así como del derecho internacional”, indicó Atenas en un comunicado. Esta es la versión griega, apoyada por toda la Unión Europea, que considera las prospecciones turcas en esas aguas como una intromisión ilegal.

No es la visión que mantiene Turquía, que considera vital hacerse con su parte en la explotación del gas y que está maniobrando para conseguirlo. Ayer, su presidente pronunció un discurso que se puede leer como respuesta a estas maniobras militares. Recep Tayyip Erdogan señaló que no renunciará a sus objetivos y advirtió a Grecia que no cometa ninguna equivocación: “No haremos ninguna concesión en lo que nos pertenece…invitamos a nuestros homólogos a evitar cualquier error que abriría la puerta a su ruina”.

“No haremos ninguna concesión en lo que nos pertenece... Un error abriría la puerta a su ruina”, dice Erdogan

Las maniobras de los cuatro países europeos duran hasta el viernes y Francia participa con una fragata, tres aviones de caza Rafale y un helicóptero. Francia se ha volcado en apoyo de Grecia y Chipre en la disputa sobre las reservas de gas natural en esta agua y ha pedido el apoyo del conjunto de la Unión Europea.

Precisamente, hoy y mañana, los ministros de Asuntos de Exteriores de la UE abordarán la compleja relación con Turquía y las sanciones es una de las posibilidades que manejan. Josep Borrell, Alto Representante de la UE, dijo ayer que presentaré a los ministros “un amplio conjunto de opciones”. Fuentes europeas precisaron que “hay más opcio­nes que simplemente las sanciones. Vamos a poner toda la relación con Turquía sobre la mesa, no aislar la cuestión del Mediterráneo oriental, sino también lo que Turquía está haciendo en Libia, la migración, todo encima de la mesa”.

A principios de esta semana, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, viajó a Atenas y Ankara para intentar mediar entre los dos países,. Alemania, que ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la UE, busca apaciguar las tensiones. En este caso concreto, no se articula un eje francoalemán, sino más bien una Alemania que, en su papel de presidencia, intenta mediar, mientras que Francia es el país más beligerante contra la actuación turca.

La ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, reconoció que hay una “situación muy tensa que muchos piensan que puede llevar a una escalada indeseada”.

El acceso al gas enfrenta a Ankara con la UE, con Alemania mediando y Francia como país más beligerante

Por su parte, algunos analistas destacan las divisiones internas entre los países europeos sobre cómo afrontar la crisis. “Una sucesión de incidentes militares peligrosos entre Turquía, Francia y Grecia han aumentado el riesgo de conflicto en la región. Pero los gobiernos europeos están divididos sobre como tratar a Ankara”, indica Luigi Scazzieri, del Center for European Reform , que destaca como mientras Francia, Grecia y Chipre encabezan la línea dura, Alemania, España e Italia piden una aproximación más conciliadora.