la rebelión en el Tigray, amenazada de ser aplastada (dossier 26-XI-2020/...)

Ethiopia plans to use 'tanks and artillery' to take Tigray's MekelleLAVANGUARDIA
Redacción
26/11/2020 08:42 | Actualizado a 26/11/2020 08:57

Adís Abeba, 26 nov (EFE).- El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, confirmó este jueves haber ordenado a las Fuerzas de Defensa tomar la capital de la región norteña de Tigray, territorio contra el que mantiene una ofensiva armada desde hace tres semanas y al que dio sin éxito un plazo de 72 horas para rendirse.

"Se les ha dado ahora la orden a las Fuerzas de Defensa Etíopes de concluir la tercera y última fase de nuestra operación de establecimiento del orden", detalló hoy Abiy en un comunicado de su Oficina, en el que prometió que "se tendrá mucho cuidado" para no herir a civiles.

"Se harán todos los esfuerzos a fin de que la ciudad de Mekele, que fue construida gracias al duro trabajo de nuestra gente, no resulte muy dañada", continuó Abiy, quien además pidió a los más de 400.000 residentes de la capital que se "queden en casa y alejados de los objetivos militares".

En este texto, Abiy también lamentó que el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), que gobierna la región norteña, no haya accedido a rendirse mientras que si que lo han hecho "miles" de sus fuerzas especiales y milicias, tras darse cuenta de las "intenciones malignas" y "ambiciones destructivas" de sus líderes.

Resulta difícil verificar si efectivamente miles de hombres tigriña han aceptado el ultimátum de Abiy, ya que tanto internet como las comunicaciones por teléfono permanecen cortadas, y el Gobierno etíope ha restringido desde el principio el acceso de periodistas y trabajadores humanitarios a Tigray.

Esta ofensiva militar, que se cierne sobre Mekele, podría provocar nuevas víctimas civiles en una guerra que ya ha causado al menos 600 muertos, según reveló el martes una investigación de la Comisión Etíope de Derechos Humanos (EHRC) -en relación a una "masacre" denunciada previamente por Amnistía Internacional (AI)- y más de 40.000 desplazados al vecino Sudán. EFE

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edacción 26/11/2020 18:07

Desalegn Sisaye

Adís Abeba, 26 nov (EFE).- Etiopía ordenó hoy el ataque final contra las autoridades rebeldes de la región de Tigray, mientras los tres enviados especiales de la Unión Africana (UA) intentan en Adís Abeba mediar en el conflicto para hallar una solución.

"Se ha dado ahora la orden a las Fuerzas de Defensa Etíopes de concluir la tercera y última fase de nuestra operación de establecimiento del orden", afirmó el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, al prometer "mucho cuidado" para no herir a civiles en el despliegue para tomar Mekele, capital de Tigray.

El mandatario autorizó esta intervención al terminar el miércoles sin éxito el ultimátum de 72 horas que dio para rendirse al Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), que gobierna la región norteña, contra la que lanzó una ofensiva bélica el pasado día 4 en represalia por un supuesto ataque del TPLF a una base militar etíope en la región.

"Se harán todos los esfuerzos a fin de que la ciudad de Mekele, que fue construida gracias al duro trabajo de nuestra gente, no resulte muy dañada", aseguró Abiy en un comunicado en el que también pidió a los más de 400.000 residentes de la ciudad que se "queden en casa y alejados de los objetivos militares".

Además, el mandatario lamentó que el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), que gobierna la región norteña, no haya accedido a rendirse mientras que sí lo han hecho "miles" de efectivos de sus fuerzas especiales y milicias, tras darse cuenta de las "intenciones malignas" y "ambiciones destructivas" de sus líderes.

Resulta difícil verificar si efectivamente miles de hombres tigriñas han aceptado el ultimátum de Abiy, ya que tanto internet como las comunicaciones por teléfono permanecen cortadas, y el Gobierno etíope ha bloqueado desde el principio el acceso de periodistas y trabajadores humanitarios a Tigray.

UN CORREDOR HUMANITARIO PARA CIVILES

Esta ofensiva, que se cierne sobre Mekele, podría provocar nuevas víctimas civiles en una guerra que ya ha causado cientos de muertos y más de 42.000 desplazados al vecino Sudán.

El secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró este martes "muy preocupado" por la situación en Tigray y exigió a los líderes de Etiopía que hagan todo lo posible para proteger a los civiles durante su ofensiva militar.

Guterres demandó también que se protejan los derechos humanos, se garantice el acceso a las agencias humanitarias y se permita la libertad de movimiento a quienes buscan seguridad.

El Gobierno etíope aseguró hoy que habilitará "cuatro campamentos para recibir y apoyar a ciudadanos que hayan huido antes de su retorno voluntario a sus comunidades", y abrirá "rutas de acceso humanitario" en Tigray, región fronteriza con Sudán y Eritrea.

Mientras las tropas federales marchan hacia Mekele, los tres enviados especiales nombrados por la Unión Africana (UA) para intentar mediar en la guerra se encuentran ya en Adís Abeba, confirmaron hoy a Efe fuentes de la organización panafricana.

Los mediadores son los expresidentes Joaquim Chissano (Mozambique), Kgalema Motlanthe (Sudáfrica) y Ellen Johnson-Sirleaf (Liberia).

"La tarea principal de los enviados especiales es involucrar a todas las partes en el conflicto para poner fin a las hostilidades", según afirmó el pasado viernes el jefe de Estado de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que ejerce la presidencia de turno de la UA, al anunciar la designación de los tres exmandatarios.

Según las citadas fuentes, los mediadores tienen previsto reunirse hoy con Abiy y disponen de un avión preparado para viajar a Mekele, pero ese eventual desplazamiento está en el aire porque dependerá del resultado del diálogo con el jefe del Gobierno etíope.

El Ejecutivo de Adís Abeba confirmó el pasado sábado que Abiy recibiría a los enviados para "hablar con ellos de uno en uno".

Pero el Gobierno negó entonces que los expresidentes vayan a "mediar entre el Gobierno federal y el elemento criminal del TPLF".

GIRA PARA APLACAR LA INQUIETUD DE EUROPA

Hasta la fecha, Abiy, ganador del Premio Nobel de la Paz de 2019, ha ignorado los llamamientos internacionales a una desescalada del conflicto y también se resiste a aceptar una negociación con el TPLF para resolver la crisis.

El ministro etíope de Asuntos Exteriores, Demeke Mekonnen, se encuentra de gira por Bélgica y Francia, donde hoy se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron, para aplacar la creciente inquietud de la Unión Europea (UE) por el conflicto en Tigray.

"La única solución radica en el cese urgente de las hostilidades. Hasta que no sea así, sigue existiendo la amenaza de una grave desestabilización de Etiopía y de la región en general", afirmó el miércoles el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, tras entrevistarse en Bruselas con Demeke.

"La UE considera a Etiopía como un socio clave en África y desea ver al país como un lugar pacífico, democrático y próspero para toda su población", agregó Lenarcic.

El TPLF lanzó hace cerca de dos semanas varios cohetes contra Asmara, capital de Eritrea, país aliado de Etiopía en el Cuerno de África, en un paso de la escalada bélica que implicó una internacionalización del conflicto.

El contencioso entre Tigray y el Gobierno federal venía complicándose desde hace meses, con el retraso indefinido de las elecciones generales que se debían celebrar el pasado agosto en Etiopía como punto de inflexión.

Tras la demora de las elecciones por la covid-19, el TPLF celebró el pasado septiembre sus propios comicios parlamentarios, que el Gobierno central tachó de ilegales. De ahí que ahora trate de restablecer en Tigray el "orden constitucional".

Además, desde el 5 de octubre, fecha en la que teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce autoridad alguna del Ejecutivo federal.

El TPLF dominó la coalición gobernante en Etiopía hasta la llegada al poder del actual primer ministro en 2018. EFE

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Redacción
27/11/2020 13:37

Adís Abeba, 27 nov (EFE).- El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, se reunió este viernes en Adís Abeba con tres mediadores de la Unión Africana (UA), ante quienes justificó la ofensiva armada que mantiene en la región norteña de Tigray, sin dar cabida a la opción del diálogo.

"El primer ministro Abiy expresó la responsabilidad por mandato constitucional del Gobierno federal de hacer cumplir con el Estado de derecho en la región (de Tigray) y en el resto del país", detalló este viernes un comunicado oficial de su Oficina.

"El no hacerlo, nutriría una cultura de la impunidad con un coste devastador para la supervivencia del país", concluyó el jefe del Gobierno etíope, en referencia a la urgencia de neutralizar lo que considera "una agenda de desestabilización orquestada por el TPLF ( Frente de Liberación de Tigray) desde hace más de dos años".

Abiy agradeció el esfuerzo de mediación de los expresidentes Joaquim Chissano (Mozambique), Ellen Johnson-Sirleaf (Liberia) y Kgalema Motlanthe (Sudáfrica), así como "la gran preocupación y entendimiento" del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, -presidente en turno de la UA- y aseguró que compartían con él las esperanzas de una "Etiopía estable y próspera".

Hasta hora, el primer ministro ha desoído los llamamientos de la comunidad internacional a un cese o desescalada de las hostilidades contra el TPLF, partido que gobierna la región de Tigray, fronteriza con Eritrea y Sudán.

El TPLF celebró en septiembre pasado sus propios comicios parlamentarios -atrasados en el resto del país de forma oficial por el coronavirus-, y Abiy anunció en represalia que esta región no recibiría fondos del Gobierno.

A principios de noviembre, el TPLF atacó una base militar federal en la región, lo que el Ejecutivo central consideró una última provocación ante la que tuvo que responder con una ofensiva militar con el propósito de restituir el "orden constitucional".

Desde el pasado día 4, tropas federales y fuerzas especiales amhara se enfrentan a soldados tigriñas, en una guerra opaca fuera de Tigray -con carreteras cortadas y sin acceso a internet- en la que ya han muerto cientos de personas y al menos 43.000 etíopes se han viso obligados a huir al vecino Sudán.

EN MEKELE, CON UN MILLÓN DE HABITANTES

Ayer, Etiopía ordenó el ataque "final" para lograr la toma de Mekele, capital de Tigray y urbe de casi medio millón de habitantes, donde, según aseguran fuentes gubernamentales, muchos combatientes tigriñas se habrían rendido a las fuerzas federales, alegato que Efe no ha podido contrastar de forma independiente.

En su reunión con los mediadores, Abiy reiteró a los representantes de la UA su compromiso para proteger a la población civil, habilitar cuatro campamentos para los miles de desplazados y facilitar el acceso de ayuda humanitaria tras semanas de bloqueo.

Sin embargo, según Amnistía Internacional y otros grupos humanitarios, al menos 600 civiles ya han muerto en esta guerra en un ataque con machetes y cuchillos perpetrado supuestamente por milicias del TPLF el pasado día 9, de acuerdo con testigos y declaraciones de supervivientes. EFE

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Redacción
27/11/2020 17:32

Al Nur al Zaki

Jartum, 27 nov (EFE).- Ante la oleada de más de 43.000 refugiados etíopes en Sudán que han huído de la devastadora guerra en la región norteña de Tigray, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, llegó hoy al territorio sudanés, un día después de que Etiopía ordenara el ataque "final" en la zona.

Grandi visitará en los próximos días las zonas fronterizas con Etiopía para evaluar la situación de los más de 43.000 refugiados que ya han cruzado la divisoria y que se espera que asciendan a 200.000 en los próximos meses, según ACNUR.

El alto comisionado llegó acompañado de un avión cargado con 32 toneladas de ayuda humanitaria procedente de Dubái y que incluye unas 5.000 mantas, 4.500 lámparas solares y otros materiales básicos, apuntó la agencia de la ONU en un comunicado.

Un segundo cargamento con más de 1.200 carpas familiares y 10 almacenes prefabricados llegará el próximo lunes a Sudán, también procedente de Emiratos Árabes Unidos (EAU), que se hará cargo de los gastos de transporte del material de ACNUR para garantizar las necesidades inmediatas de refugio de más de 16.000 personas.

De acuerdo con ACNUR, "casi la mitad" de los refugiados etíopes son niños.

REFUGIADOS EN UN PAÍS EN CRISIS

A su llegada, Grandi agradeció en Twitter a las autoridades sudanesas que hayan "mantenido su tradicional hospitalidad hacia las personas necesitadas" e indicó que Sudán, un país asolado por una severa crisis económica, "requiere con urgencia asistencia internacional para respaldar sus esfuerzos".

Desde el pasado día 4, más de 43.000 refugiados etíopes han cruzado la frontera para escapar de los combates y se estima que aumentarán drásticamente en las próximas semanas después de que el Gobierno etíope ordenara ayer el ataque "final" para lograr la toma de Mekele, LA capital de Tigray y urbe de casi medio millón de habitantes.

Sudán está sumergido en una acuciante crisis económica, con una inflación de más del 200 % y una falta de servicios básicos que no solo representan un impedimento para su población, sino también para el casi medio millón de refugiados con los que ya contaba el país africano antes de la guerra de Tigray, la mayoría de los cuales son sursudaneses.

Además, según Naciones Unidas, en Sudán hay 1,8 millones de desplazados internos, mientras que otros 700.000 sudaneses están refugiados en el exterior.

CAMPOS DE REFUGIADOS DESBORDADOS

ACNUR alertó hoy de que, aunque las agencias humanitarias continúan proporcionando refugio y otras instalaciones para ayudar a los refugiados, "se requieren más recursos y Sudán necesita apoyo internacional con urgencia".

El comisionado adjunto para ACNUR en el este de Sudán, Al Sir Jaled, dijo a Efe que Grandi visitó la zona de Hamdayit, en el estado oriental de Kassala, que alberga a más de 30.000 refugiados etíopes, y expresó su preocupación por la falta de ayuda humanitaria y las "difíciles condiciones de salud" de los refugiados.

Afirmó que en el empobrecido estado de Gedaref la cifra de refugiados etíopes asciende ya a 14.000, una cantidad que tachó de "preocupante" porque las condiciones económicas en Sudán "no permiten seguir brindando ayuda a los refugiados".

"Hay una falta grave de alimentos, refugio y tratamiento que requiere una acción urgente de la comunidad internacional", aseguró a Efe.

Hasta el momento, la agencia de Naciones Unidas ha ayudado a reubicar a unos 10.000 refugiados en el campo de Um Rakuba, a unos 70 kilómetros de la frontera, doblando el aforo de un campamento cuya capacidad máxima es de 5.000 personas.

Precisamente, en declaraciones desde Um Rakuba, hoy el subsecretario de Trabajo y Desarrollo Social sudanés, Mohamed al Shabak, describió la situación humanitaria en el campo de refugiados de "inaceptable", según la agencia de noticias sudanesa SUNA.

PREOCUPACIÓN POR TIGRAY

La situación en Tigray es muy preocupante para la seguridad de los civiles, según ACNUR, pero también para los desplazados en la región y para los 96.000 refugiados eritreos que la agencia estima que "se quedarán sin alimentos tan pronto como el próximo lunes si los suministros no llegan".

El primer ministro de etíope, Abiy Ahmed, se reunió hoy en Adís Abeba con tres mediadores de la Unión Africana, ante quienes justificó la ofensiva armada, sin dar cabida a la opción del diálogo, aunque se comprometió a proteger a la población civil y a facilitar el acceso de ayuda humanitaria tras semanas de bloqueo.

Hasta ahora, el primer ministro ha desoído los llamamientos de la comunidad internacional a un cese o desescalada de las hostilidades contra el Frente Popular de Liberación de Tigray, partido que gobierna la región de Tigray, fronteriza con Eritrea y Sudán. EFE

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Redacción
27/11/2020 17:32

Desalegn Sisaye

Adís Abeba, 27 nov (EFE).- El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, se reunió hoy en Adís Abeba con los expresidentes Joaquim Chissano (Mozambique), Ellen Johnson-Sirleaf (Liberia) y Kgalema Motlanthe (Sudáfrica), enviados por la Unión Africana (UA) para mediar en la guerra con los rebeldes de la región septentrional de Tigray, con cuyos dirigentes rechazó el diálogo como vía de solución.

"El primer ministro Abiy expresó la responsabilidad por mandato constitucional del Gobierno federal de hacer cumplir con el Estado de derecho en la región y en el resto del país", indicó el Gobierno etíope en un comunicado.

"No hacerlo, fomentaría una sensación de impunidad con un coste devastador para la supervivencia del país", se indica en la nota, en la que se destaca que Abiy subrayó la urgencia de neutralizar "una agenda de desestabilización orquestada" por el grupo local Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) "desde hace más de dos años".

ETIOPÍA NO NEGOCIA CON TIGRAY

El único diálogo que contempla el mandatario es con "partidos políticos que operan legalmente en la región" y con representantes de la sociedad civil.

El primer ministro etíope, Premio Nobel de la Paz en 2019, agradeció el esfuerzo mediador de Chissano, Johnson-Sirleaf y Motlanthe y su deseo de una "Etiopía estable y próspera".

Por ahora, Abiy ha desoído los llamamientos internacionales a un cese o descenso de las hostilidades contra el FPLT, el partido que gobierna Tigray, región fronteriza con Eritrea y Sudán.

En público, los tres exmandatarios, que llegaron a Adís Abeba entre este miércoles y el jueves, no hicieron declaraciones y, a tenor del infructuoso resultado de la reunión, nada apunta a que puedan viajar a Tigray a entrevistarse con los líderes del grupo rebelde.

El Ejecutivo etíope ya negó el pasado día 21 cualquier intento de "mediar entre el Gobierno federal y el elemento criminal del FPLT".

Preguntada por los próximos pasos de los tres enviados especiales, una fuente de la UA dijo hoy a Efe que no podía divulgar "información en esta fase crítica del trabajo" de los mediadores.

Fuentes de la Comisión Etíope de Derechos Humanos (CEDH) confirmaron a Efe que Chissano, Johnson-Sirleaf y Motlanthe solicitaron una reunión con esa institución independiente.

Los mediadores, que se espera que aún pasen varios días en Etiopía, quieren abordar con la CEDH su reciente informe sobre una masacre de al menos 600 civiles perpetrada el pasado día 9 en la localidad tigriña de Maikadra por milicias leales al FPLT.

Etiopía ordenó ayer el ataque "final" para lograr la toma de la ciudad de Mekele, de casi medio millón de habitantes y capital de Tigray.

MÁS DE 43.000 REFUGIADOS EN SUDÁN

Desde el pasado día 4, cuando Abiy ordenó la ofensiva contra el FPLT en respuesta a un ataque de fuerzas tigriñas a una base de Ejército federal en la región, cientos de personas han muerto y más de 43.000 etíopes han escapado al vecino Sudán.

El responsable de la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, llegó hoy a Sudán para conocer las condiciones de los refugiados etíopes y abordar esta crisis humanitaria.

En su reunión con los mediadores, Abiy reiteró hoy su compromiso para proteger a la población civil, habilitar cuatro campamentos para desplazados y facilitar el acceso de ayuda humanitaria tras semanas de bloqueo en la región.

La apertura de un "corredor humanitario" debería ser el "primer paso no sólo para permitir la ayuda, sino, a través de la presencia de las agencias de la ONU y las organizaciones, para impulsar procesos de pacificación en los territorios", declaró a Efe el director de la ONG Ayuda en Acción en Etiopía, Roberto Giuliotto.

No obstante, precisó Giuliotto, Ayuda en Acción y otras ONG creen necesario un "acceso incondicional bajo los principios de imparcialidad, humanidad, independencia, neutralidad y universalidad".

"Hasta el momento, ningún acceso, aparte del de la Cruz Roja" estaba permitido", agregó.

A mediados de noviembre, un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) viajó al oeste de Tigray y el norte de la vecina región de Amhara.

"Hay alrededor de 2.000 personas viviendo en tres campamentos en las áreas que visitamos, pero creemos que hay muchas más en áreas a las que aún no hemos llegado", afirmó hoy en un informe el CICR.

"Ahora todos los ojos están puestos en Mekele", donde "sabemos que algunos hospitales ya se están quedando peligrosamente sin suministros", advirtió el CICR.

Además, el hecho de que el pasado día 14 varios cohetes lanzados por el FPLT cayeran en Asmara, capital de la vecina Eritrea, país aliado de Etiopía en el Cuerno de África, ha dado al conflicto una dimensión internacional que hace temer por una desestabilización de la región.

UN CONTENCIOSO QUE VIENE DE LEJOS

Aunque la contienda empezó el pasado día 4, el contencioso de Tigray viene de lejos.

Desde su refundación tras la caída del régimen comunista en 1991, Etiopía promueve una política de federalismo étnico, donde supuestamente todas las etnias tienen igual valor y representación.

Sin embargo, el FPLT -que representa al cinco por ciento de los 110 millones de habitantes de Etiopía- lideró desde entonces la coalición étnica que conformaba el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE).

Esa hegemonía duró hasta el nombramiento en 2018 de Abiy, un joven político de origen oromo, como primer ministro, quien quiso extirpar el etnicismo de la política refundando el FDRPE en el Partido de la Prosperidad (PP), del que se desvinculó el FPLT.

Tras retrasarse las elecciones generales, que debían tener lugar el pasado agosto, por la covid-19, el FPLT celebró en septiembre comicios parlamentarios regionales, que el Gobierno central tachó de ilegales, de ahí que busque restaurar en Tigray el "orden constitucional".

Asimismo, desde el 5 de octubre, fecha en la que teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce la autoridad del Ejecutivo federal. EFE

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