genio y figura de Guillermina Motta
aniquilada la tradición libertaria ilustrada, la lógica gazmoña del antifranquismo la modelaba el eterno contubernio militarcatólico que, alrededor del honor mesetario, fundamenta un nacionalismo no por banal menos intransigente. Ante el sermoneo del régimen, el sermoneo del antifranquismo se convirtió en sermoneo de la oposición, de aquella oposición que cual la otra cara de Jano es garantía de que el sistema político se sustenta en los ancestrales valores de aquellos que cabalgan la propiedad de España sobre la derrota de la libertad, la inteligencia (¡viva!), la alegría, ...la dignidad.
Toda la Hispania obedecía el dictado militar religioso? No, aquí y allá, insólitos espíritus libres osaban gobernar su vida, única verdadera subversión; única verdadera revolución. Gracias, Guillermina.