La jefa del Ejecutivo deja entrever un nuevo aplazamiento de los comicios para que los cambios entren en vigor
Además de seguir designando al jefe del Ejecutivo, el comité se encargará de dar el visto bueno a los posibles candidatos a los comicios legislativos o municipales, un cribado para el que tendrá en cuenta su “patriotismo” y otros factores, que corren el riesgo de ser utilizados para descalificar a los críticos.
También se planea que el comité pueda nombrar a una parte de los diputados del Parlamento local, que pasará de 70 a 90 diputados. En la actualidad, la mitad son elegidos por votación popular y la otra a través de votaciones sectoriales y gremiales, pero aún no se sabe cuántos de esos 20 nuevos legisladores serán nombrados por el comité electoral que Pekín va a reformar. “Incluso si las fuerzas prodemocráticas pudieran ganar todos los escaños elegidos directamente, están destinados a ser una minoría permanente”, señaló el analista local Sonny Lo.
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Ismael Arana
Tras la revolución de los paraguas en el 2014 para exigir más democracia y, sobre todo, las violentas protestas antigubernamentales del 2019, Pekín ha decidido imponer su orden en la excolonia británica, que volvió bajo su soberanía en 1997 bajo el principio de “un país, dos sistemas”. En lo más crudo de las protestas, China no sacó los tanques, pero en cuanto la movilización popular se tomó un respiro –en parte por cansancio y en parte por el coronavirus–, el presidente Xi Jinping puso la maquinaria legal a trabajar a todo trapo para evitar que imágenes como aquellas vuelvan a repetirse.
Como resultado, en junio del año pasado se aprobó, tras de la reunión del Legislativo, la polémica ley de Seguridad Nacional. El texto castiga con hasta cadena perpetua delitos como el de secesión o subversión y ha servido para que las principales figuras de la oposición estén ahora entre rejas o hayan puesto tierra de por medio.
Ahora, la “democracia al estilo hongkonés” amenaza con ser la puntilla para el movimiento opositor, muy castigado en los últimos meses. Su desazón contrasta con el optimismo de la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, que ayer descartó que la reforma se someta a consulta popular y dejó entrever que las legislativas, ya aplazadas a este año, se retrasen al siguiente para dar tiempo a que la reforma entre en vigor.