"Juntos por Esquerra"; Jordi Galves

Barcelona. Martes, 23 de marzo de 2021. elnacional.cat

Cuando me lo dijo no lo acabé de entender, qué quieres que te diga, al menos yo no lo comprendí inmediatamente. Me pareció una exageración de este amigo que tengo y que, a veces, me cuenta cosas de Junts per Catalunya, a ver, no seas así, ¿quién no tiene un amigo o un conocido de Junts per Catalunya, alguien con la mirada larga y que sabe lo que pasa y lo que deja de pasar? Pues eso. Fue un mes o dos antes de las elecciones, soltó una frase inesperada que cayó como un peso muerto, como cuando tiran una pedrada a un charco y quedamos todos salpicados de barro. “A Jordi Sánchez ya le parece bien que gane Esquerra”. Vamos, por fin, radiante como un sol azteca, la alta política, la sofisticación del espíritu, la habilidosa complicación de la complicación, la estrategia sólo para mentes acostumbradas a la marquetería intelectual. La jugada maestra antes de que se ejecute. Un poco lo que Andreu Mas-Colell había dicho en una entrevista, anunciando como un profeta bíblico que ahora es el momento de Esquerra. Mi amigo, sin embargo, no acusaba al secretario general de Junts per Catalunya de alevosía, no, en absoluto, no era eso, no se refería a nada indigno. Lo que parecía un escopetazo, de hecho, podía ser la solución de los problemas de la formación del Molt Honorable Carles Puigdemont. Que gane Pere Aragonés y su equipo, ya está bien, así, por la vía del gobierno impondrá la sensatez, la calma, la gestión, ésta será la forma que permitirá a algunas personalidades de Junts per Catalunya volver al autonomismo sin ser acusados de bajada de pantalones —y de subida de nóminas—, ni acusados de derrotistas ni de oportunistas. O peor aún, de colaboradores con la feroz represión española. La responsabilidad, la culpa, si el nuevo gobierno termina en fracaso, será sólo de Esquerra, porque entonces se justificaría diciendo que Junts terminó cayendo en el autonomismo por las malas compañías. Como cuando vuelves a caer en la bebida y en el tabaquismo, culpando a los demás y a la socialización del vicio. Siempre se podría justificar diciendo que Junts volvió a abrazar a la momia desdentada del autonomismo por concordia con sus socios de Govern, porque la sistemática confrontación entre Esquerra y Junts no podía continuar por más tiempo. También para cerrar el paso a Vox. Que Junts se había pasado al autonomismo por responsabilidad de gobierno y por concordia entre hermanos independentistas. Si el nuevo Govern no funciona, paralelamente, la presidencia del Parlament, Laura Borràs o persona sustituta, habrá mantenido al menos la retórica del independentismo sin complejos, el secreto de la poción mágica de la unilateralidad.

Hoy, mientras las delegaciones de Esquerra i de Junts negocian, paralelamente, dentro de Junts per Catalunya, luchan también dos clases de políticos, que para entendernos podríamos llamar como profesionales y ocasionales. Los ocasionales son los que representa Quim Torra, los recién llegados, los inexpertos, los intrusos, los que piensan que la política es un territorio de paso. De movimiento a partido político y de Quim Torra a Pere Aragonés, lo cierto es que cuanto más tiempo pasa cada vez hay menos personas procedentes de la sociedad civil, cada vez hay menos ciudadanos implicados en Junts per Catalunya, organización política que se llama transversal. La CUP y ERC han llegado a un acuerdo para el autonomismo político y Junts se acabará sumando a él, inevitablemente, después de haberse hecho de rogar mucho, porque Junts aún es el partido del legitimismo del Primero de Octubre. Porque que el nuevo gobierno no será el del imposible Torra sino el de un apparatchik tan previsible como la tabla de multiplicar por cero. Todo esto estaría la mar de bien si la gente, si el pueblo, que es quien paga la fiesta, no hubiera votado muy mayoritariamente por la independencia y, según todas las encuestas, no estuviera dispuesta a olvidar el Primero de Octubre ni el Tsunami ni muchas otras cosas de la convincente épica independentista. Los ojos mutilados son los de la gente, los palos los sufrió nuestro pueblo, el expolio fiscal lo continúa sufriendo nuestro pueblo. Y el pueblo ni se ha rendido ni se rendirá. Ni se conformará indefinidamente.