Europa (hoy, francesa) toma distancia del Sahel

Europa en el Sahel

Esta semana se abre con la dimisión, ayer, del Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas francesas, el general François Lecointre, prevista para después del 14 de julio. Aunque no debe considerarse una causalidad total, esta dimisión se produce unos días después del anuncio del fin de la operación Barkhane en el Sahel.

 

  • Las razones. El desgaste de la guerra y la dificultad de contener a los grupos terroristas que, desde 2014, han proliferado en muchos estados vecinos mucho más allá del norte de Malí y de la zona trifronteriza, son el telón de fondo de la decisión del presidente Macron. A ello se suma el segundo golpe de Estado en Malí en menos de dos años y el presidente Macron ha acusado sin tapujos a los “Estados que no asumen sus responsabilidades”. La hostilidad de una parte de la opinión pública francesa sobre el tema, e incluso de los europeos que a menudo participan a empujones en el grupo de trabajo de Takuba, fue determinante. 

  • Las consecuencias. Macron pidió un cambio profundo en la presencia de las fuerzas francesas en esta zona. En particular, desea la aparición de fuerzas especiales, “estructuradas en torno a Takuba”, “africanas, europeas e internacionales”, con una fuerte presencia francesa. En el fondo, el riesgo de un aumento de poder de los grupos yihadistas, que desde 2014 se han ido imponiendo poco a poco y han sido capaces de obtener los votos de ciertas poblaciones, es real. Es probable que aumente el escepticismo de muchos actores europeos sobre la posibilidad de actuar en el Sahel: ya desde 2020, Alemania y el Parlamento demostraron su desconfianza sobre las ayudas hacia un Malí políticamente muy inestable. El fortalecimiento descarado de Rusia en la región podría ser también una consecuencia a medio plazo de la refundación de la presencia francesa y europea en el Sahel.

  • Barkhane, G5 Sahel, Takuba. Estos tres nombres son omnipresentes en la presencia europea en el Sahel. La operación Barkhane había sido lanzada en agosto de 2014 por Francia para luchar contra los grupos yihadistas afiliados a Al Qaeda o al Estado Islámico, en la sucesión de las operaciones Serval (en Malí) y Épervier (en Chad). Desde 2014, la operación Barkhane se lleva a cabo en colaboración con los 5 estados del G5 Sahel, creado a principios de 2014 (Chad, Mali, Burkina Faso, Mauritania, Níger). Este último se mantiene por el momento; sus objetivos van más allá de la seguridad, ya que también incluye un componente de desarrollo. Por último, los franceses cuentan desde 2020 con el apoyo de la fuerza especial Takuba, formada inicialmente por fuerzas especiales francesas, estonias, checas y suecas, y finalmente por 11 estados europeos. Esta fuerza ha cosechado varios éxitos en 2020, como el asesinato de varios líderes yihadistas.

  • ¿Y la fuerza europea en el Sahel? El grupo operativo Takuba, integrado en la operación Barkhane, fue el símbolo de la autonomía estratégica europea en acción. El Presidente Macron llegó incluso a señalarnos: “Nuestro mejor socio en Malí es Estonia, sí, Estonia, porque les convenció este concepto de la autonomía estratégica”. Si el grupo operativo era un verdadero “modelo a seguir para la cooperación militar europea”, su futuro es ahora incierto y plantea la cuestión de la realidad de una autonomía estratégica europea real y duradera. Leer más

la epístola de los lunes, 14-VI-21