de fronteras y patrias

“...Durante una de esas divisiones (de Polonia), la frontera entre la Rusia zarista y Polonia atravesaba una aldea judía y, dentro de ella, la vieja casa de un judío. Las comisiones polaca y rusa, que marcaban la futura frontera, entraron en el patio del judío y le preguntaron: “La línea de la frontera sigue de tal modo que usted tiene la posibilidad de elegir, ¿dónde quiere vivir, en Polonia o en Rusia?”. El judío se alegró: “¡En Polonia!”. Y el comisario polaco marcó la casa en la parte polaca y sonrió: “Me alegra que sea usted un patriota”. Pero el judío contestó sencillamente: “¡Qué va, si no quiero vivir en Rusia es porque allí hace mucho frío!”...”