el aborto, abortado (en la Sanidad Pública)
La definición tradicional de noticia sigue siendo la de “información que antes no se sabía”. A veces, sin embargo, son noticia cosas que mucha gente sabe, porque la gente que las sabe no coincide con la gente que decide lo que es noticia.
Hablo, por ejemplo, de la constatación de que los hospitales públicos no practican abortos por sistema, que ha vuelto a los medios gracias al testimonio valiente de la médica Marta Vigara, geriatra en el hospital San Carlos de Madrid. Vigara sufrió rotura de la bolsa cuando estaba embarazada de 17 semanas. Su feto no era viable, pero su hospital, el lugar donde trabaja y donde se suponía que cuidaban de su salud, hizo lo que hace siempre, derivarla a una clínica privada donde se ocupan de estos asuntos. Esto no sorprende a nadie que haya abortado o haya acompañado a alguien a abortar, pero aun así genera escándalo porque a veces tenemos que tomarnos el tiempo de sorprendernos por las cosas que ya sabemos.
Los números no cuadran en este asunto. Solo el 19,9% de los españoles se considera católico practicante, según el CIS. Sin embargo, en al menos diez provincias el 100% de los ginecólogos de la pública objetan y las personas gestantes se ven obligadas a viajar lejos para ejercer su derecho. Hay tantos obstetras objetores en el sistema público que solo el 15% de los abortos se practican allí, en contra de lo que señala la ley del 2010, que establece todo lo contrario.