repliegue francés en el Sahel

Francia inicia su retirada del Sahel tras más de ocho años de presencia

La guerra contra el yihadismo

Macron confirma el próximo cierre de tres bases militares en el norte de Mali

French President Emmanuel Macron delivers a speech during a joint press conference with Niger's President Mohamed Bazoum following a video summit with leaders of G5 Sahel countries, at the Elysee presidential Palace in Paris, France July 9, 2021. Stephane de Sakutin/Pool via REUTERS

Macron, ayer, en la rueda de prensa durante la cual, con la ayuda de un mapa, detalló el repliegue 

Reuters

Coincidiendo con la retirada de Estados Unidos de Afganistán, después de casi veinte años de guerra, Francia concretó ayer su repliegue militar parcial del Sahel, donde mantiene una presencia desde hace más de ocho años. Ambas situaciones tienen muchos paralelismos. Muestran la incapacidad occidental para estabilizar países y regiones atrapadas por el islamismo radical, las luchas tribales, la corrupción y el subdesarrollo.

El presidente Emmanuel Macron anunció ayer, tras una reunión –en su mayor parte virtual– con sus homólogos del G-5 Sahel (Níger, Chad, Mali, Burkina Faso y Mauritania) que Francia comenzará “en las próximas semanas” la retirada, con el cierre total, de aquí hasta comienzos del 2022, de las bases francesas de Kidal, Tessalit y Tumbuctú, en el norte de Mali. Acompañaba a Macron el nuevo presidente de Níger, Mohamed Bazoum, el único que estaba presente físicamente en París.

París reduce sus tropas y apuesta por más ayuda de aliados europeos en la fuerza de élite Takuba

Macron evitó dar la impresión de que Francia abandona el Sahel a su suerte. El fin de la actual operación Barjan, iniciada durante la presidencia de François Hollande, no significa el final del compromiso francés, aunque los actuales 5.100 soldados desplegados se reducirán a un máximo de 3.000.

El presidente nunca habló de retirada. Usó el eufemismo de “reconfiguración de la presencia” y “mantenimiento de nuestro compromiso”. Sin embargo, advirtió: “Francia no tiene la vocación, y menos todavía la voluntad, de estar implicada eternamente en el Sahel”.

Las tropas francesas seguirán actuando selectivamente contra los líderes de los grupos islamistas, como las franquicias locales de Al Qaeda y el Estado Islámico, y entrenarán a los ejércitos de los países del G-5 para que puedan librar el grueso de la lucha de forma autónoma.

Otro elemento de la estrategia futura es la fuerza Takuba, a la que Francia aportará su principal componente. Takuba está integrada por varios centenares de soldados de élite de diversos países europeos, entre ellos Estonia, la República Checa, Suecia e Italia. Recientemente han anunciado su incorporación Rumania y Dinamarca.

Takuba es relevante no tanto por la ayuda militar que representa sino política y moralmente. Sobre el despliegue francés planea siempre la herencia colonial y el resentimiento. Una fuerza internacional más amplia, compuesta por países que nunca tuvieron colonias en esa región, legitima la intervención y la contextualiza en un esfuerzo común, europeo, para estabilizar esa zona del mundo, frenar el éxodo migratorio y fomentar su democratización y el respeto a los derechos humanos, que estarían aún más amenazados si los islamistas llegaran al poder.

No perder el Sahel es vital para Occidente porque, de lo contrario, los yihadistas accederán a los países del golfo de Guinea, como Ghana, Costa de Marfil o Liberia, que hoy son más estables y ricos. Macron avisó ayer al decir que los grupos extremistas ven el Sahel “solo como una etapa” en su “proyecto expansionista” en África.

El repliegue se gesta desde hace tiempo debido al alto coste y el estancamiento de la misión

El repliegue francés se ha venido gestando desde hace tiempo, debido al alto coste humano y económico de Barjan, y al estancamiento de la misión. Cinco mil soldados son una fuerza insuficiente en un territorio inmenso. Las circunstancias se han complicado aún más después de los dos golpes militares en Mali en menos de un año y de la muerte en combate del presidente de Chad, Idris Deby.

La situación del Sahel estaba en la agenda, ayer, de la visita a Washington de la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, para entrevistarse con el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. París espera seguir contando, bajo la Administración de Joe Biden, con el valioso apoyo logístico norteamericano para las operaciones en el Sahel.

Mali baraja hablar con Al Qaeda mientras Francia mata a dos yihadistas

Lucha contra el extremismo en el Sahel

El Gobierno francés, que ha reducido su misión militar en el país, se opone a esa posibilidad

A soldier from the new Takuba force keeps watch during a patrol with Malian soldiers near Niger border in Dansongo Circle, Mali August 21, 2021. Picture taken August 21, 2021. REUTERS/Paul Lorgerie

Un militar europeo de la nueva fuerza Takuba

PAUL LORGERIE / Reuters

La misión francesa contra el yihadismo en la región del Sahel dio muerte hace una semana a dos cabecillas de las milicias de Mali vinculadas a Al Qaeda. Informaciones fragmentarias –e incluso confusas por parte de fuentes oficiales– dan cuenta de que el sábado 16 de octubre Saghid ag Aljoror, líder de la katiba o brigada Gurma-Serma, cuya influencia se extiende desde Mali hasta el nordeste de Burkina Faso y oeste de Níger, fue muerto en un bombardeo aéreo (aparentemente, por un dron), según refirió primeramente una milicia tuareg aliada con el Gobierno de Mali.

El mismo sábado, y al parecer en otra operación aérea, era abatido junto con otros cuatro yihadistas el número dos de Ag Aljoror, un experto en la colocación de minas y explosivos trampa llamado Naser al Tergui.

Checos, estonios y lituanos relevan a los franceses en Mali, que ha recibido helicópteros rusos

La katiba Gurma-Serma forma parte de Ansar al Din, una de las cinco organizaciones que componen el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GAIM), que se disputa el control de la región con el llamado Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS). El líder de Ansar al Din, el tuareg Iyad ag Ghaly, lo es también del GAIM. El GAIM está afiliado a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), y el pasado abril se atribuyó el asesinato de los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile, y el activista Rory Young, en el sudeste de Burkina Faso, donde actúan milicias más o menos vinculadas bien al mismo GAIM bien al EIGS, que además suelen enfrentarse entre sí para controlar la triple frontera de Mali, Níger y Burkina.

La importancia de las últimas acciones armadas francesas hay que leerla en el contexto de la polémica que ha rodeado la reducción de la Operación Barkhane, que el ejército francés venía desarrollando en el Sahel desde el 2014.

El primer ministro de Mali acusó ante la ONU a Francia de abandonar a su país, por lo cual pidió ayuda a Rusia

Hace un mes, el primer ministro de Mali, Choguel Kokalla Maïga, acusó ante la ONU a Francia de abandonar a su país, por lo cual pidió ayuda a Rusia. Ésta se habría materializado en la contratación de mercenarios del grupo Wagner y en el envío de cuatro helicópteros desde Moscú. Francia respondió que el compromiso con Mali seguía vivo, a pesar de que retiraba sus fuerzas de tres ciudades del país, entre ellas Timbuktú.

La reducción de la Operación Barkhane a la mitad (tenía 5.000 efectivos) viene acompañada de una nueva fuerza, esta vez europea. Bajo el nombre de Takuba, unos 650 hombres –la mitad franceses– actuarán en unidades más reducidas y discretas, siempre con el ejército maliense. Resulta interesante que entre los europeos se cuentan checos, suecos, estonios y lituanos, siendo la inteligencia militar lituana una gran observadora de las actividades rusas.

Todo esto ocurre al mismo tiempo que las autoridades militares de Mali se plantean si sería deseable ponerse a dialogar con el ínclito Iyad ag Ghaly, jefe del GAIM. Según recoge France Press, la idea no es nueva; ya se planteó en el 2017 y el 2019. Expertos consultados por la agencia señalan que el precedente de una negociación con los talibanes en Afganistán abre el camino, y que además los grupos vinculados a AQMI se han mostrado más pragmáticos y menos bárbaros que el Estado Islámico en el Gran Sáhara. A Francia esta posible iniciativa no le gusta nada.