REDACCIÓN
Barcelona
04/11/2021 lavanguardia
El bombardeo marroquí que mató a tres camioneros argelinos el pasado lunes, elevando aún más la reciente tensión entre Argel y Rabat, se produjo en territorio del Sáhara Occidental controlado por el Frente Polisario y al menos a una treintena de kilómetros del muro de arena en el que se encuentran las posiciones militares marroquíes.
Tras un comunicado emitido el miércoles por la presidencia argelina prometiendo “represalias” después de acusar a “las fuerzas de ocupación marroquíes” de usar “alta tecnología” para perpetrar un “cobarde asesinato”, el Consejo de Seguridad argelino tenía previsto decidir hoy cómo responderá. Según Akram Jarief, director del observatorio especializado Mena Defense, en declaraciones a la agencia Efe, una posibilidad es “un reforzamiento de las fuerzas en la frontera y de la seguridad militar que se encuentra en la zona del lado saharaui”.
Jarief daba por hecho que “la tensión militar se mantendrá, pero la voluntad de los dos países de ir a la guerra no existe”. Mientras, Mustafa Baytas, portavoz del Gobierno de Rabat, dijo que “Marruecos tiene un respeto muy escrupuloso a los principios de buena vecindad con todos”.
Por su parte, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, señaló ayer ante el Congreso que el Gobierno trabajará “en todo lo que esté en nuestras manos para que no se produzca una escalada” entre los dos “socios estratégicos” de España.
“No se ha establecido que el ataque se dirigiera particularmente contra los argelinos”, reconocía el director de Mena Defense, que difundió detalles del grave incidente. Al menos, la actual cadena de enfrentamientos entre el Frente Polisario y Marruecos tendría mucho que ver.
Dos grandes camiones tráiler pertenecientes a una empresa argelina con base en Uargla, regresaban de vacío a esta ciudad desde Nuakchot (Mauritania), donde habían entregado una carga de cemento blanco. La ruta atraviesa el extremo sudeste del Sahara Occidental, zona que el Frente Polisario llama “Sáhara liberado”. Los camioneros argelinos, mauritanos o saharauis que recorren esta larguísima ruta –que pasa por Tinduf, el centro de los campos de refugiados saharauis– suelen tomar un desvío por una pista “más viable” para evitar una zona arenosa, la cual les lleva cerca del pequeño enclave saharaui de Bir Lehlu, donde el Frente Polisario tiene presencia militar.
El lunes a mediodía, los dos camiones se alejaron unas pocas decenas de metros de la pista por avería (tal vez un pinchazo) de uno de ellos. En lo que sin duda se trató de un ataque aéreo y no de artillería según Mena Defense, debido a la distancia con el muro y las bases marroquíes, resultaron muertos los camioneros Hamida Bumedien, Ahmed Beljir Chtam y Brahim Larbaui.
Según la versión argelina, no cabe duda de que los camiones recibieron el impacto de pequeños cohetes disparados por drones, posiblemente turcos (recibidos por Rabat el pasado septiembre, según medios marroquíes) o israelíes, que habrían despegado de una base en Esmara.
En un parte de guerra emitido el martes por el Polisario se daba cuenta de ataques contra el muro marroquí, en el sector de Bagari, muy al sur, y en el de Al Fasía, al norte de Bir Lehlu. Precisamente, el parte estaba fechado en Bir Lehlu. Fuentes del Polisario consultadas por La Vanguardia señalaron que el bombardeo de los camiones “demuestra que Marruecos hace incursiones aéreas” más allá del muro y que utiliza drones de ataque, algo que Rabat siempre ha negado a pesar de que son conocidos sus contratos con Turquía, Israel y EE.UU.
En este sentido, se recuerda que Dah el Bendir, jefe de la Guardia Nacional del Frente Polisario, fue muerto por un dron el 6 de abril en Rus Irni, cerca de Tifarit.