España cañí -51: legalizado incumplimiento de un 70% del servicio contratado
El acceso a la información y la comunicación instantánea a través de internet se han convertido en dos recursos básicos. Los datos son concluyentes y ponen de relieve la creciente importancia de la red en nuestras vidas. Crece también, cómo no, la cifra que pagamos cada mes a las compañías telefónicas. Según se desprende de los datos proporcionados por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (Ontsi) y la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), los ingresos de estas compañías crecieron entre el 2006 y el 2010 hasta un 86,2%. Pero el aumento de sus ingresos no se corresponde en absoluto con una mejora en la calidad del servicio que nos ofrecen. Lo demuestra el último informe realizado por la Asociación de Internautas, que, año tras año, denuncia tanto el precio como la calidad de la conexión a internet en nuestro país.
Vayamos por partes. Está, para empezar, el incomprensible y red.hibitorio ancho de banda proporcionado por las compañías, muy distinto del que estas publicitan a gritos. Y es que, según reza la letra pequeña del contrato, las compañías sólo están obligadas a garantizar un 30% de lo contratado. Imaginemos estas mismas condiciones en cualquier otro sector o negocio y comprenderemos el grado de absurdo al que llega el asunto. Mención aparte merece la atención al cliente; una de dos, o está escandalosamente mal diseñada o es un prodigioso ejemplo del mejor diseño con fines disuasorios: música de espera que bien podría servir como instrumento de tortura, sistemas de reconocimiento de voz que casi nunca comprenden lo que decimos y que sólo son el preámbulo de una conversación con alguien a quien deberemos, indefectiblemente, exponer de nuevo el motivo de la llamada de principio a fin… Realmente parece que las compañías telefónicas conciben todo su servicio desde el lado más oscuro del design-thinking. Dejando de lado la ironía, todo ello representa un grave problema infraestructural en el contexto del actual escenario social, cultural y económico. Teniendo en cuenta que la red telefónica del país ya debe estar más que amortizada y que el avance de la fibra óptica en nuestra geografía es una pura anécdota resulta muy difícil comprender cómo reinvierten las compañías sus sustanciosos resultados anuales. Considerando que la competitividad del país está en juego creemos que las administraciones deberían empezar a exigir de una vez por todas a estas compañías un mínimo de seriedad para con sus clientes y de solvencia en sus servicios.
23-IV-12, www.fad.cat, lavanguardia