> ""Rescatar" los bancos, peor el remedio que la enfermedad", Xavier Sala i Martín <

+ "Zombis bancarios", Xavier Sala i Martín

+ "Por un impuesto sobre la deuda de los bancos", Xavier Sala i Martín

Llegados a este punto sólo hay dos alternativas. O se deja quebrar a los bancos o alguien pone dinero público para rescatarlos. En más de una ocasión he dicho que soy partidario de dejarlos quebrar, protegiendo a los depositantes pero no a los acreedores y a los accionistas. Eso es lo que hemos hecho con miles de empresas desde que ha empezado la crisis. Si quebrara un banco, habría un pánico y el crédito desaparecería durante unas semanas... ¡pero fíjense que el crédito ya ha desaparecido por lo que peor que ahora no estaríamos!

El problema es que el Gobierno ha cometido el error de decir que los bancos son “demasiado importantes para quebrar” y no dejará que ninguno lo haga. Una vez constatados los fracasos de las alternativas, eso quiere decir que el sector público deberá poner entre 50.000 y 200.000 millones de euros (entre un 5% y 20% del PIB español). ¿Por qué no lo hace? Pues porque eso se sumaría a ese déficit que ya es desorbitado y el Gobierno no se atreve por lo que sigue mareando la perdiz con el cuento de las fusiones que no llevan a ninguna parte. Mientras tanto, a los insolventes ni se les deja quebrar ni se les rescata por lo que se han convertido en unos bancos zombis, sin recursos, que ni prestan ni dejan prestar, cosa que impide la recuperación. ¡Y llevamos ya cinco años de paralizante indefinición!

Una posible solución sería que el dinero público no fuera español sino europeo. Es decir, se podrían utilizar los fondos que los europeos crearon para rescatar países y destinarlos a rescatar bancos. Al fin y al cabo, es más barato para los europeos rescatar a la banca española que rescatar al país entero. Naturalmente, España perdería el control de esos bancos, pero se ahorraría financiar el rescate con cargo a un déficit cada vez más insostenible. Es más, habría una importante ventaja política: los españoles no verían cómo sus impuestos se destinan a rescatar bancos en un momento en que se recortan servicios públicos.

La moraleja es que existen soluciones a los problemas a los que nos enfrentamos, pero todas ellas pasan por diagnosticar bien la enfermedad.

2-V-12, Xavier Sala i Martín, lavanguardia