"Analfabetos y vulnerables", Josep Corbella

Acaso sorprende, en un país que no ha tenido ni un solo premio Nobel científico desde hace 106 años (Severo Ochoa no cuenta porque hizo sus investigaciones en el extranjero), que los ciudadanos tengan menos cultura científica que en Francia, Alemania o Italia? ¡Lo sorprendente sería que tuvieran más! Gran parte de esta ignorancia científica es inofensiva: no haber visto el bello azul de Neptuno es como no haber escuchado a Mozart; la vida es más pobre, pero se puede vivir sin arte. Después hay otro tipo de ignorancia que tiene consecuencias más graves. Más graves para uno mismo cuando se desconocen hechos elementales para tomar decisiones sobre la propia salud, como en el caso de ese 75% de españoles encuestados que no saben que los antibióticos no destruyen los virus. Y más graves para el conjunto de la sociedad cuando se sostienen decisiones erróneas que guían la toma de decisiones colectivas, como en el caso del 64% que no entiende que los tomates transgénicos no tienen más genes que los tomates comunes.

Cuanto más ignorante es una sociedad, más vulnerable es. Vulnerable a las amenazas externas y a las manipulaciones internas. Corregirlo, desde luego, es posible. Pero no es lo que va a ocurrir en un país donde el Gobierno ha decidido recortar un 25% en I+D+i, un porcentaje superior al recorte medio del gasto público.

9-V-12, J. Corbella, lavanguardia