"Dimita, señor Dívar", lavanguardia

Sabido es que el presidente del Supremo, Carlos Dívar, que lo es también del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), fue denunciado por el vocal José Manuel Gómez Benítez por un supuesto delito de malversación de fondos públicos por unas cenas y viajes a Marbella. Aunque, ciertamente, en comparación con las multimillonarias cifras de los rescates y las deudas de nuestra economía, las cifras barajadas son relativamente menores, lo cierto es que el coste de los viajes y larguísimos fines de semana en Marbella del presidente Dívar alcanzan cifras que solucionarían el año a muchas familias. La demanda de Gómez Benítez fue desestimada y la mayoría de miembros del CGPJ, así como el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cerraron filas, al menos en apariencia, en torno al presidente del Supremo, que no negaba la existencia de esos viajes y cenas, pero sostenía que habían tenido contendido oficial, con lo que los gastos debían de considerarse protocolarios.

Pero la primera gran disonancia del caso Dívar llegó con unas declaraciones del protagonista en las que, lamentado los ataques que recibía, argumentó que se le atacaba por "una miseria". Aquella falta de sintonía del máximo representante del tercer poder del Estado con la dramática realidad social y económica que viven tantos españoles hizo saltar las alarmas de la opinión pública, que descubrió en el presidente del CGPJ a un ciudadano ensimismado, indiferente al contexto general, muy distinto del perfil hasta ahora conocido: el de un juez muy profesional, discreto y moralizante.

En un pleno el 25 de mayo, 5 vocales del CGPJ pidieron su dimisión. Dívar no sólo se negó sino que criticó que el asunto hubiera llegado a la opinión pública. En su defensa, Dívar se parapetó en el decreto exculpatorio del fiscal general del Estado y eludió dar detalles a sus compañeros del Supremo y del Consejo de sus viajes y gastos. Aunque eran minoría los que denunciaron a Carlos Dívar, el hecho es que aquella denuncia se convirtió en la simiente de una franca degradación de la vida interna de la máxima institución de la judicatura, a estas alturas fragmentada por completo.

Una vez más, fue el propio Dívar el que engrandeció el escándalo al comparecer ante los medios el último día de mayo exhibiendo una "conciencia absolutamente tranquila", sosteniendo que sus desplazamientos a Marbella carecían de cualquier tipo de irregularidad. Pudo haber faltado a la verdad, sin embargo, aquel día, al afirmar que sus viajes fueron de carácter profesional, que había cenado "con personas que tienen carácter público y oficial" y que no respondían "a relaciones personales". Desde entonces, la institución está sometida al bombardeo de revelaciones periodísticas y a la vergüenza ajena. Diversas informaciones parecen confirmar que, muy al contrario de lo que dijo, las cenas de Dívar revelan vínculos de tipo más personal que profesional. Tales revelaciones han coincidido, además, con una querella contra Dívar presentada por una asociación de abogados. El Consejo del Poder Judicial deberá aceptarla o rechazarla hoy. Sea cual sea su decisión, la judicatura está siendo arrastrada por Dívar al fango de revelaciones penosas, desprestigio institucional, fractura interna y bochorno general. Por el bien de la institución judicial, por la dignidad de los jueces, por la severidad que este duro momento económico exige, y por la privacidad a que el propio Dívar tiene derecho, el presidente del Supremo debería dimitir.

13-VI-12, lavanguardia

Una de las últimas informaciones publicadas por 'El País' apunta a otros gastos, a los de las cenas que compartió con su escolta y que entraron dentro de la partida de protocolo. Entre tanto, los viajes se multiplican: doce más en fin de semana.

Jerónimo Escorial era hasta hace unos días un auténtico desconocido para el común de los mortales. Pero el ayudante personal y jefe de seguridad del presidente del Consejo del Poder Judicial desde hace quince años, persona de absoluta confianza, ha perdido desde hace días su anonimato cuando la semana pasada una imagen le inmortalizaba junto a Carlos Dívar en un viaje en el extranjero.

Hoy, el diario El País, afirma que fue Escorial la persona que compartió "muchas cenas" en restaurantes de Puerto Banús en Marbella.

Las contradicciones de Dívar

Cuando el 30 de mayo, en comparecencia pública Dívar trataba de restar importancia a estos gastos, también afirmó que la persona con la que había cenado tenía "carácter público y oficial y que no respondía a relaciones personales".

Lo cierto, apunta el diario madrileño, es que según la información que obra en mano de ellos, el jefe de seguridad pasaba gastos de comidas, pero no de cenas en aquellos lugares y tiempos objeto de la investigación. Y El País va más allá asegurando que escenas en las que aparecía Escorial junto al presidente en viajes al extranjero han sido retiradas la semana pasada de al menos cuatro vídeos.

12-VI-12, ecodiario