"Nuestro rescate bancario", Modest Guinjoan

Ahora ya sabemos que el rescate no mejorará directamente el crédito a familias y empresas, y también sabemos que comportará costes a los contribuyentes. Veamos por qué. El crédito servirá para capitalizar los bancos con problemas, aquellos en quiebra o en riesgo de caer, que así compensarán pérdidas, mejorarán su posición patrimonial y serán más solventes. Con respecto a la banca no beneficiaria del FROB (parece que ninguno de los grandes bancos lo será), seguirá exactamente igual que antes, y no tendría que variar su política –restrictiva actualmente– a la hora de dejar dinero. Eso sí, el número de bancos resultante se reducirá y, con él, la oferta de crédito y la capacidad negociadora por parte de particulares y empresas.

Por otra parte, el rescate nos generará a los contribuyentes cargas por la vía del endeudamiento y el déficit público. 1) Aumentará la deuda pública, hasta un 10% del PIB, y esto reducirá la capacidad del país para obtener más créditos en los mercados internacionales. 2) El punto anterior hará aumentar el precio del crédito (intereses) y, por lo tanto, el déficit presupuestario. 3) También hará aumentar el déficit el hecho previsible de que algunos bancos no podrán pagar los intereses que les exigirá el FROB, y el supuesto margen positivo del Estado entre el precio al que recibe los fondos europeos y el precio al que presta en el sector, será humo. 4) Asimismo, existe el peligro de que si la banca beneficiaria no puede devolver el crédito recibido, pase a manos del Estado hasta que pueda venderla, eso sí, a precios que nunca compensarán la inversión hecha para sanearla, es decir, socializando el saneamiento. Y 5) la frivolidad de la clase política dirigente para gestionar el rescate demuestra falta de ideas y de coraje para reconocer la gravedad de la situación y establecer una hoja de ruta clara de la política económica. Eso también se paga, y caro.

Nos encontramos, pues, ante un rescate que resuelve el problema de un sector afortunado, el de la banca, que siempre tiene al Estado detrás y propicia el riesgo moral, mientras particulares y pymes siguen teniendo dificultades para obtener crédito de esta misma banca, sea rescatada o no.

10-VII-12, Modest Guinjoan, lavanguardia