En 2012, el presupuesto de la Unión Europea fue de 147.200 millones de euros, alrededor del 1% del PIB combinado de todos los países. A modo comparativo, en un Estado miembro medio, el presupuesto equivale a un 44 por ciento del PIB. Un Gobierno federal como Estados Unidos gasta una cuarta parte de los ingresos nacionales. No obstante, estas comparaciones son como comparar manzanas y naranjas. El presupuesto estadounidense incluye defensa, policía y otros aspectos.

La pregunta es si esos 147.000 millones de la UE son excesivos. La misma Bruselas tiende a relativizar la cuestión: ‘Es como media taza de café al día’. Pero tampoco nos dice mucho. ¿El dinero se emplea del modo correcto, para las cosas adecuadas?

La política de cohesión y la Política Agrícola Común constituyen los mayores costes de la UE. Bernard Steunenberg, profesor de administración pública en Leiden, califica esta política de ‘imperfección’: ‘La política agrícola es algo muy costoso que nos beneficia poco. El mantenimiento de precios específicos ha resultado ser un instrumento muy deficiente y despilfarrador’. La política, que se está eliminando gradualmente, representa ahora el 40% del presupuesto de la UE.

A menudo el dinero no se invierte

Ocurre prácticamente lo mismo con la política de cohesión. Cientos de miles de proyectos cuyo fin es garantizar que se reduce la diferencia entre las regiones pobres y las ricas. Una ‘inversión’, según el comisario de la UE de Política Regional, Johannes Hahn. ‘En su país, el dinero recaudado con los impuestos también se transfiere de las provincias prósperas a las más pobres’.

Pero también hay dos grandes problemas. En primer lugar, a menudo el dinero no se invierte, o se hace en cosas inútiles. ‘Si no hay proyectos, o si un país no cuenta con dinero para cofinanciarlos, el dinero reservado simplemente se mantiene para esa región’, comenta Fabian Zuleeg del Centro de Política Europea.

El segundo problema es que los resultados no se pueden evaluar. La Oficina Europea de Auditoría ha estado intentando hacerlo desde 2001, pero sigue sin poder llegar a una conclusión positiva. Los Gobiernos nacionales no pueden dar explicaciones sobre los fondos de la UE que gestionan. Según una reciente investigación de la Oficina Europea de Auditoría, muchas de las 31 agencias de la UE no pueden justificar una parte importante de sus gastos, a veces incluso la mitad de ellos. Los 147.000 millones de euros que aportan 27 países puede que no parezca una cantidad excesiva. Pero si el dinero se invierte sobre todo en subsidios para agricultores y proyectos regionales cuestionables, la UE pierde su credibilidad.

Leer el "euromito" anterior: “Lobbies, la ley del más fuerte”