el fútbol, poderosa palanca del peor populismo patriótico

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“Quería también pedirle en este sesenta aniversario del paso a la inmortalidad de Eva Perón que este próximo campeonato se llame Campeonato Eva Perón y que la copa… ¿cómo se va a llamar, a ver, adivinen, a ver si son vivos?”, preguntó Fernández el lunes al acólito auditorio de la Casa Rosada. Y entre el público una mujer gritó: “¡Cristina Kirchner!”. “No, nena… me mato, vos qué querés, que mañana me fusilen en los diarios, es amor lo tuyo, yo lo entiendo, pero no, no, mañana me fusilan… Evita Capitana, muchachos, tiene que llamarse la copa”, indicó.

Aunque la mandataria realizó la petición ante el cuestionado presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, no hay duda de que los deseos de Fernández son órdenes. Desde el 2009, el kirchnerismo mantiene una alianza con Grondona, que lleva en el cargo 33 años, incluida parte de la dictadura. El Gobierno empujó a la AFA a romper su contrato de derechos televisivos con el Grupo Clarín y nacionalizó el fútbol. El controvertido programa Fútbol para todos le cuesta al Estado unos 170 millones de euros por temporada. Desde entonces, el canal público de televisión y otras cadenas transmiten en abierto los partidos de primera y segunda división, mientras en los descansos la publicidad institucional repite los logros del gobierno.

La presidenta lanzó la idea de dedicar a la controvertida Evita el torneo durante la presentación de un sistema para impedir la entrada en los estadios de hinchas violentos, conocidos como barrabravas, aunque, sorprendentemente, también los elogió.

“Yo no quiero hablar de barrabravas, porque soy hija de una hincha, fanática como es mi vieja”, dijo Fernández. “Fui esposa de un fanático también del Racing y soy madre de un hincha fanático”, añadió, mientras iba dejando caer argumentos como estos: que si los árbitros deben pitar bien, que si las peleas no se producen sólo en los goles sino también en las tribunas, que si los problemas se dan más fuera del estadio que dentro... Y acabó elogiando a los barrabravas: “No miran el partido, arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos”. “Yo siempre desconfío de los que no tienen pasión por nada”, concluyó.

La violencia en el fútbol argentino se cobra varias vidas al año. Está demostrado que los grupos de barrabravas son, en realidad, bandas delictivas que actúan en connivencia con directivos, policías y políticos, y que obtienen suculentos ingresos con la venta de entradas, los aparcamientos en días de partido o actuando como grupos de choque.

Los aficionados deberán identificarse con su huella digital al entrar al estadio y sus datos serán cruzados con los archivos policiales. Sin embargo, los hinchas violentos entran en las canchas saltándose los controles, ayudados por los clubs. En la presentación del lunes se vivió otra anécdota cuando el ordenador no pudo identificar la huella dactilar de la mandataria.

España dedicó un torneo a Evita. Franco, agradecido con Perón por enviar alimentos, hizo que la actual Supercopa se llamara Copa Eva Duarte. Se disputó entre 1947 y 1953 por los campeones de la Liga y la Copa del Generalísimo.

1-VIII-12, R. Mur, lavanguardia