identidad nacional y patrioterismo olímpico: la alternativa plurinacional británica

La cuestión de la identidad nacional es tan espinosa en el Reino Unido como en España, o quizás incluso más. Con la complicación adicional, aplicada al fútbol, de que Escocia, el País de Gales e Irlanda del Norte tienen sus propias federaciones y equipos, y la rivalidad con Inglaterra que ello significa. Un campo de minas.

Una selección de fútbol que se llama Team GB (Equipo de Gran Bretaña) carece de todo sentido para la mayoría de los aficionados. Al fin y al cabo, los escoceses apoyan en Mundiales y Eurocopas a cualquier equipo que juegue contra Inglaterra, los ingleses disfrutan ganando a Escocia más que a cualquier otro país (incluso Alemania o Argentina) y el Dios salve a la reina es abucheado en el Millenium Stadium de Cardiff cada vez que Gales juega contra los ingleses en el Seis Naciones de rugby. Puede que se trate de relaciones de amor y odio, pero el amor está muy escondido.

En ese contexto tan peliagudo, el seleccionador del Team GB, Stuart Pearce, ha compuesto un equipo con abrumadora mayoría de ingleses (15) y tan sólo cuatro galeses: los veteranos Ryan Giggs y Ralph Bellamy y los jóvenes Neil Taylor y Joe Allen. Gareth Bale también fue convocado, pero alegó una lesión que sin embargo no le ha impedido participar en la gira de pretemporada del Tottenham por Estados Unidos. Escocia e Irlanda del Norte se negaron a aportar jugadores.

 

La polémica era inevitable, y se exacerbó en el momento en que los galeses, incluido el capitán del Team GB, Ryan Giggs, se negaron a cantar el himno británico (ellos dirían que el himno inglés), y los periódicos conservadores como el Daily Mail pusieron el grito en el cielo. Miles de tuits les han acusado de todos los pecados habidos y por haber, empezando por el de ser “malos patriotas” e ir “contra el espíritu olímpico” y la “armonía nacional”. Algunos casi han pedido un consejo de guerra.

“No se trata de ofender a nadie, pero los ingleses deben entender que el Dios salve a la reina no significa lo mismo para ellos que para nosotros, que tenemos nuestro propio himno”, dice Giggs. Haciendo gala de una considerable diplomacia, el coach Pearce se ha abstenido de entrar a trapo y ha dicho que ni entra ni sale en quién canta y quién no, pues “se trata de un asunto personal”. A él lo único que le interesa es que el equipo juegue bien y gane, y demomento lo hace. Ha pasado la ronda preliminar tras empatar (1-1) con Senegal y ganar por 3-1 a los Emiratos Árabes Unidos y por 1-0 a Uruguay.

Así como los British Lions de rugby (que reúnen jugadores de Inglaterra, Gales, Escocia, el Ulster y la República de Irlanda) son una institución establecida que es motivo de orgullo en todos los rincones de las Islas Británicas, el fenómeno no se ha podido extrapolar al Team GB de fútbol, ni siquiera al femenino. Las escocesas Kim Little y Ifeoma Dieke tampoco cantan el himno, entre otras razones porque si lo hicieran no podrían regresar a casa.

El hecho de que el capitán de la selección y uno de los protagonistas del caso sea Ryan Giggs ha servido de bálsamo, porque el veteranísimo jugador del Manchester United (38 años) es admirado incluso por los hinchas de los equipos rivales. Su vida personal no está exenta de escándalos, pero sobre el terreno de juego siempre ha sido un ejemplo: en 909 partidos oficiales nunca ha sido expulsado. Su identidad galesa le ha impedido jugar fases finales de una Eurocopa o un Mundial, pues su selección nunca se clasificó, pero tiene la Orden del Imperio Británico. “No creo que la reina sepa quién soy”, dijo al recibir la condecoración.

3-VIII-12, R. Ramos, lavanguardia