¿Paul Ryan liberal? No, es un neocon más
Paul Ryan: l’estafa continuista
dilluns, 13 agost 2012, liberal.cat
Todos los indicios apuntan que Paul Ryan (Wisconsin, 1970) formará tándem con Mitt Romney –en condición de vicepresidente– contra Barack Obama y Joe Biden. Tanto los medios norteamericanos como los de aquí se han hecho eco este fin de semana. E inmediatamente han venido las apresuradas valoraciones. El ranking de calificativos del candidato a vicepresidente republicano lo han encabezado, por este orden, ‘ultraliberal’ y ‘neoliberal’. María Ramírez, corresponsal del Mundo en Nueva York, incluso afirma: <‘La rebelión de Atlas’ de Ayn Rand cuando todavía era un adolescente. El congresista dice que le gusta regalar por Navidad esta novela de 1957 de crítica social, sexo y política que sataniza la intervención del Gobierno. Y pide a cualquiera que trabaje para él, aunque sea becario, que lea el libro>>.
Y llegan las preguntas, porque, si así fuera, sería toda una revolución en un país que trae décadas viviendo esclavo del estatismo y el colectivismo. Es Paul Ryan un defensor a ultranza de la libertad, con todo el que comporta, como defienden los medios de aquí? La lectura de Ayn Rand influenció realmente en las ideas que defiende el candidato a vicepresidente republicano? El profesor Xavier Sala y Martín define acertadamente el liberalismo como aquel movimiento que busca la libertad “tanto en la cartera como en la bragueta”. Vamos a verlo, pues, paso a paso.
El congresista republicano, católico convencido, es partidario de definir constitucionalmente matrimonio como unión de hombre y mujer, prohibiendo de este modo los matrimonios de personas del mismo sexo (y prohibiéndoles la adopción). El año 1999 votó a favor de la prohibición del tratamiento médico con marihuana. Es contrario a la investigación con células madre. También votó a favor de la construcción de una valla alrededor de la frontera mexicana. Y contra las apuestas en Internet. Vemos, pues, que de libertad en la bragueta, en los asuntos más alejados de la economía, muy poca cosa. Pero tampoco en el campo más bien económico. No en balde, aprobó los estímulos a la banca (TARP) –unos 192 billones de dólares– y los rescates de General Motors y Chrysler –unos 15 billones de dólares–. También defendió y votar la ampliación de 39 a 59 semanas del subsidio por paro, la expansión del programa Medicare y la subvención de bienes inmuebles. Y podriem seguir con el listado.
Paralelamente, Ryan también es uno del grandes defensores de la política militarista norteamericana. Aquella que defiende que los Estados Unidos tienen que ser los policías del mundo, y hacer imponer la democracia y los valores occidentales a golpe de guerra y muerto de civiles. “Bom the world to democratize it“, que se llama con sarcasmo. Es por eso que no quiso investigar a su compañero George Bush por las mentiras sobre la guerra de Irak (impeachment) y que se ha opuesto a la retirada de las tropas de la Afganistán. Siempre se ha mostrado a favor de desmesurados presupuestos en Defensa como la Defense Appropiations bill.
Volvemos a la pregunta: Paul Ryan es liberal? No, es un neocon republicano más. Poco liberalismo en la cartera y nulo liberalismo en la bragueta. Pase el que pase el noviembre a las urnas, Estados Unidos seguirá sin ser un país libre. Republicanos y demócratas vienen a ser las dos caras de una misma moneda: el continuismo y el stablishment. Dejaron escapar el tren de la renovación que encabezaba el veterano Ron Paul y lo pagarán bastante caro. Si los padres fundadores hubieran previsto en que quedaría la cosa al cabo de unos siglos, a buen seguro se lo habrían pensado dos veces.