"Maravillas (electorales) neerlandesas", Quim Monzó

Días atrás el diario El Mundo hablaba de un hecho que un servidor ignoraba, y creo que otras personas también. Hartos de que los políticos prometan cosas durante la campaña electoral y, luego, cuando llegan al poder no las cumplan, Holanda creó -hace siete legislaturas: ¡dieciséis años ya!- un ente, un auditor externo, que se dedica a estar al tanto de los programas electorales de los partidos y, después, verifica si ejecutan sus promesas. Cuando leí el titular por un momento dudé si iba en serio. Pues sí, va en serio: el ente se llama Oficina Central de Planificación. Depende del Ministerio de Economía holandés, pero no está subordinado a él. Sería difícil que siguiese sus dictados, en un país donde los gobiernos son siempre de coalición, o casi siempre, y las mayorías absolutas, una utopía. Además, dependa de un ministerio o no, el ente tiene que demostrar total independencia porque, si no, se le vería el plumero y eso sería su fin. La misma crónica de Javier G. Gallego explica que se ha demostrado un invento tan útil que en Gran Bretaña copiaron la idea en las últimas elecciones.

20-IX-12, Quim Monzó, lavanguardia

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