España cañí -84: los webs del Senado

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No es la primera vez que los gastos del Senado se ven envueltos de polémica. Hace poco menos de un año se presentaba la obra del artista Hernán Cortés Moreno, creada por encargo expreso de la Cámara Alta. Se trata de una serie de retratos de diversos personajes, pintados para conmemorar el trigésimo aniversario de las elecciones democráticas en España y que simbolizan, según las palabras de Javier Rojo (por aquel entonces presidente del Senado), “el consenso y el diálogo de la transición”. La obra les (perdón, nos) salió por el módico precio de 417.000 euros. Toda una ganga si consideramos que se trata no de una sino de treinta y cuatro pinturas que quedan estupendamente en la pared del pasillo de acceso al hemiciclo. Estamos seguros de que el lector ya habrá encontrado el momento para apuntarse a una visita guiada (con un grupo nunca inferior a 15 personas) y se habrá extasiado con la intensa e imborrable experiencia que proporciona la contemplación de este exquisito (e, insistimos, barato) conjunto pictórico.

Pues bien, por sólo unos pocos euros más (32.000 exactamente, para llegar a la cifra de 449.000) los señores senadores han rediseñado su página web. ¡Y no vean cómo les ha quedado! Fue una lástima que el primer día unos hackers fueran capaces de burlar la seguridad y les chafaran la esperadísima première mundial del nuevo portal. También fue mala pata que alguna cosa no acabara de salir bien el pasado miércoles 21, cuando la retransmisión en directo de la comparecencia del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, falló estrepitosamente. Una lástima, porque seguro que se trataba de buenas noticias. En fin, asistimos a un episodio vergonzoso (otro más) que pone de manifiesto el uso curioso (por decir algo) del dinero público, muy especialmente en un momento como el actual, en el que el recorte parece el único imperativo categórico que rige la política en nuestro país. Teniendo en cuenta el historial de fallos y deficiencias de la página a lo largo su primera semana de funcionamiento, cualquier profano en diseño web puede hacer balance del éxito del portal. Para corroborarlo están los expertos en el tema, que tampoco dudan en poner de vuelta y media el diseño de la página, haciendo un énfasis muy especial en la ausencia de recursos que permitan la participación y la transparencia que, a estas alturas, se espera de una plataforma como esta. También destacan la nula existencia de programario abierto, que habría rebajado sustancialmente el precio de los trabajos de rediseño. Desde aquí, les recomendamos a los señores de la Cámara Alta que se pasen por OpeningParliament.org, donde encontrarán la declaración sobre la Transparencia Parlamentaria y se podrán informar sobre cómo se tienen que hacer estas cosas.

Si lo que se quiere es hacerlas bien, claro.

26-XI-12, www.fad.cat, lavanguardia