¿qué hacer con las 700.000 toneladas de lodos con metales pesados y radiactivos en pleno río Ebro?
La extracción de los 700.000 m3 de lodos contaminados acumulados durante más de cien años en el pantano de Flix, junto a la factoría química de Ercros, “mejorará el grado de contaminación río abajo porque sacará el foco principal”, destaca Grimalt.
El investigador del CSIC advierte, no obstante, que para verificar en qué forma mejora el estado de salud del río se debería estudiar todo el proceso de extracción, demanda de la comunidad científica que hasta ahora no ha sido atendida.
“Los niveles de contaminantes que tiene el río Ebro en el tramo que va del embalse de Flix hasta el delta no son admisibles”. Quien lanza la advertencia no es ningún grupo ecologista, quien lo hace es Joan O. Grimalt, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), al frente del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea). Tras leer el último informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) acerca de la contaminación de origen industrial, Grimalt alerta de que el río y especialmente el delta del Ebro “no pueden estar bajo la amenaza de contaminantes”.
Los niveles de mercurio detectados en las carpas analizadas en Ascó y Móra d’Ebre (Ribera d’Ebre), aguas abajo del pantano de Flix, superan los 0,5 mg/kg, unos valores superiores al límite máximo que establece la legislación de la UE para el consumo humano en peces de agua dulce, según fuentes del CSIC. En el último informe de la red de control de sustancias peligrosas de la CHE, del 2011, estos niveles de contaminación sólo se encuentran en el tramo catalán.
El jefe del área de calidad de las aguas de la Confederación Hidrográfica, Javier San Román, admite que se trata de niveles que en el tramo catalán, donde se han detectado las concentraciones más altas de toda la cuenca, superan los límites que marca la legislación europea, “muy estricta”, sobre calidad ambiental. Otra sustancia altamente contaminante, el hexaclorobenceno, también supera en el Ebro catalán, aguas abajo de Flix, en Ascó y Móra d’Ebre, los límites legales. “El estado químico en este tramo es malo, pero estas sustancias tóxicas no se detectan en el agua, sólo las acumulan los peces. La calidad del agua potable es buena”, asegura San Román.
Los técnicos de la CHE han comparado la evolución de algunas de las sustancias tóxicas durante los últimos 10 años, pero los valores de contaminación se mantienen estables. “Hay una contaminación de fondo que persiste, pero el estado ecológico del río Ebro es moderadamente bueno, también en el tramo catalán”, constata San Román. De las más de 7.300 analíticas realizadas en toda la cuenca, en un 17% se detectó alguna sustancia peligrosa de origen industrial.
La extracción de los 700.000 m3 de lodos contaminados acumulados durante más de cien años en el pantano de Flix, junto a la factoría química de Ercros, “mejorará el grado de contaminación río abajo porque sacará el foco principal”, destaca Grimalt.
El investigador del CSIC advierte, no obstante, que para verificar en qué forma mejora el estado de salud del río se debería estudiar todo el proceso de extracción, demanda de la comunidad científica que hasta ahora no ha sido atendida.
7-XII-12, E. Giralt, lavanguardia
La descontaminación del embalse de Flix (Ebro), de donde deben extraerse más de 700.000 toneladas de lodos con metales pesados y radiactivos, ha provocado un enfrentamiento inusitado entre el ministerio que dirige Miguel Arias Cañete y el conseller de Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder. El cruce de críticas y acusaciones mutuas pone de manifiesto la falta de consenso sobre cómo debe llevarse a cabo esta actuación, destinada a resolver el “principal problema ecológico de Catalunya”, según las palabras pronunciadas ayer por Recoder.El conseller catalán volvió ayer a repetir que la extracción de lodos de Flix comporta un fuerte peligro, puesto que aún no están acabadas las obras alternativas para garantizar el abastecimiento de agua que entraría en servicio si se diera un accidente en las tareas de descontaminación. El riesgo es que, al removerse los fangos, se pueda desprender y diluir mercurio y otros metales pesados, que podrían llegar a alcanzar los sistemas de abastecimiento de agua potable. Precisamente, la Administración central y el Govern pactaron en su día llevar a cabo 44 actuaciones (pozos, depósitos, conducciones) para proveer caudales alternativos a las localidades (zona del Ebro, Camp de Tarragona) para afrontar esa eventualidad. Pero el problema es que sólo se han completado ocho de las actuaciones programadas.
En este contexto, la posición de las dos administraciones es diferente. El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha anunciado su intención de iniciar de forma inminente la limpieza del embalse, y argumenta que existe un plan de emergencia con el que el 100% de la población podría tener garantizado su suministro de agua. El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, acusa al conseller Lluís Recoder de ser “el gran obstáculo de este proyecto”, de querer “bloquear” y de poner en peligro una obra que cuenta con subvención de la Unión Europea.
Recoder reiteró ayer que la obra es un peligro. “La peligrosidad es el producto de la probabilidad de un fallo multiplicada por la gravedad de los daños que pueden darse en caso de ese fallo”, leyó un texto preparado, antes de sentenciar que los impactos de ese fallo “pueden ser muy graves”. Agregó que incluso (en caso de accidente y contaminación de la red de suministro) estaría en juego el abastecimiento de unas para 700.000 personas. Argumentó que el suministro alternativo sólo puede garantizarse entre tres y siete días (según ha dicho el Consorci d’Aigües de Tarragona), por lo que el servicio sólo podría hacerse con cubas, algo imposible dado el volumen de agua necesario. Además, adujo que no hay riesgo de que se pierdan los fondos europeos, puesto que los trabajos pueden concluir antes del 31 de diciembre del 2015 y pueden llevarse a cabo en dos años. “No entiendo por qué no se puede cumplir lo ya pactado”, añadió.
En el rifirrafe, el secretario de Estado, Federico Ramos, acusa a la Administración catalana de ser responsable de los retrasos de las obras, puesto que la Agència Catalana de l’Aigua no ha redactado todos los proyectos de las obras alternativas ni ha puesto a disposición del Ministerio los terrenos correspondientes para facilitar la tarea a Acuamed (que se encarga de ejecutarlas).
Mientras tanto, todos los municipios de la zona, excepto el Ayuntamiento de Flix, se oponen al inicio de la extracción de los lodos tóxicos sin que antes se hayan acabado todas las obras alternativas previstas en el plan de restitución. El Ayuntamiento de Tortosa (Baix Ebre) es el más beligerante, pues advierte que Acuamed tiene la intención de dejar fuera del plan de emergencia a los núcleos de Jesús, Campredó y Bítem porque aún no se han ejecutado aquí las obras del plan.
“Es una temeridad, llegaremos hasta donde haga falta para evitar que empiece la extracción ahora”, advierte el alcalde, Ferran Bel (CiU). El presidente del consejo comarcal de la Ribera d’Ebre, Jordi Jardí (CiU), denuncia el “egoísmo local” del alcalde de Flix, Marc Mur (PSC), a quien acusa de poner en peligro la salud de los vecinos de las Terres de l'Ebre. Mur sostiene que si no empieza la extracción, ahora se pondrá en peligro una inversión clave para el territorio.
La descontaminación del embalse de Flix comporta una inversión de 165 millones de euros y cuenta con una subvención del 70% de la UE. Además, el plan de restitución territorial asociado supone una inversión de 57 millones sufragados entre el Estado (36 millones) y la Generalitat (21 millones).
15-XI-12, A. Cerrillo/E. Giralt, lavanguardia