"El silencio de los amigos", Pilar Rahola

Dice Isaac Rosa en Eldiario. es: “Díaz Ferrán ha sido el perejil de muchas de las salsas más podridas de los últimos años”, y nos habla de sus líos en Caja Madrid, donde fue consejero, de la financiación del PP madrileño vía Fundescam, de los millonarios créditos con Bankia, de sus grandes cacerías y safaris con nombres de alto copete de los que gustan de la sangre, de sus estrechísimas relaciones con Esperanza Aguirre… Durante un largo tiempo el actual habitante de la cárcel de Soto del Real fue el empresario modelo que capitaneaba los destinos de una CEOE que veía en él al gran virtuoso empresarial. Era la época en que los políticos lo adoraban y las huestes del PP se peleaban por ser su amigo. En esas épocas doradas daba lecciones de política económica y machacaba a los ciudadanos con la famosa idea del “trabajen más y ganen menos”. Acumulaba empresas, gestionaba activos y movía capitales con desparpajo, y era tanta su alegría que empezó a permitirse liquidar lo que tocaba. Sonada fue su decisión de dejar en tierra a miles de pasajeros cuando liquidó Air Comet a las puertas de Navidad. Después vendría el gran lío de Marsans, cuya derivada es el grueso de una causa que lo acusa de haber vaciado la empresa para no pagar a los acreedores.

Este dechado de virtudes empresariales presentó, según informó la Ser, una renta negativa en el 2010 y Hacienda tuvo a bien devolverle 2.052 euros con 47 céntimos. Lo de los céntimos es de nota. Y eso pasaba cuando, según la misma Ser, ya recibía los 100.000 euros mensuales gracias al pacto secreto con el empresario Ángel de Cabo y que, según fuentes jurídicas, no constaban en la renta. El resultado hasta el momento de todo este gran entramado presuntamente fraudulento es una operación policial de altísimo voltaje, unos acusados que suman 112 millones de euros de fianza para eludir la cárcel, y unas empresas que han dejado un reguero de víctimas incalculable. La idea de que un tipo como este tuviera las santas narices de presentar una renta negativa da la medida del sentido moral del personaje. Ni el disimulo lo amparaba. Como todo está ahora en los tribunales, habrá que esperar las resoluciones pertinentes, pero algo está claro: era un empresario modelo sobre todo para quienes aspiran a coronar una carrera de desvergüenzas. Lo más notable de todo esto es el silencio de sus antaño amigos de la política, las cacerías y la sociedad del todo Madrid. Y entre todos los silencios, clama como ninguno el de la gran emperatriz de la época, la Aguirre de todas las cóleras, la mítica Presidenta. Esperanza está más callada que nunca, quizá porque todo su imperio se ha venido abajo. Bankia fue su sueño bancario y Díaz Ferrán su empresario modelo. Visto lo visto con lo uno y con lo otro, ahora se entiende a la perfección el autoexilio de Doña Esperanza.

9-XII-12, Pilar Rahola, lavanguardia