importante campaña paneuropea en defensa de la investigación científica (FIRMA tu apoyo)

En la misma semana en que los líderes europeos se reúnen en Bruselas para acordar cuánto y cómo cuadrar el presupuesto de la Unión Europea para el periodo 2014-2020, casi 150.000 ciudadanos han firmado ya una petición de no recortar la inversión en I+D para no comprometer el futuro desarrollo económico de Europa.

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La petición fue lanzada hace un mes por 44 premios Nobel6 medallas Fields (equivalentes a los Nobel en matemáticas) en una carta abierta en la que recordaron que "transformar el conocimiento en nuevos productos, servicios e industrias innovadores es la única manera de dar a Europa una ventaja competitiva en el panorama global rápidamente cambiante de hoy día".

La mayoría de las personas que han suscrito esta petición están vinculadas a la comunidad científica. Pero también se ha adherido a ella el sector empresarial a través de BusinessEurope, organización que agrupa a 41 patronales de 35 países (entre ellas, la CEOE española). España, con 17.698 firmas al cierre de esta edición, es el segundo país en número de adhesiones, por detrás de Alemania (22.631) y por delante del Reino Unido (14.407), Italia (12.472) u Holanda (10.553). El documento había sido suscrito anoche por 146.158 personas en la web www.no-cuts-on-research.eu, pero, a un ritmo de unas 1.500 nuevas firmas diarias en la última semana, está previsto que llegue a las 150.000 el domingo.

El punto central del conflicto es el programa de investigación europeo Horizonte 2020, el nuevo programa marco de investigación de la UE para el periodo 2014-2020. Con el anterior presupuesto, durante los últimos siete años la UE ha dedicado a esta partida alrededor de 55.000 millones de euros. Ahora la Comisión Europea propone reservar al programa 80.000 millones, un aumento que los dirigentes de los Veintisiete ponen en cuestión aunque no sea más que una pequeña parte del billón de euros que se prepara para la UE.

De esa cantidad, 24.598 millones se dedicarían a financiar la investigación de alto nivel, incluidos los proyectos del Consejo Europeo de Investigación. Casi 18.000 financiarían proyectos de innovación industrial, con especial atención a las pymes. Y más de 31.700 millones se dirigirían a proyectos que reflejan los retos futuros de la UE: cambio climático, transporte sostenible, movilidad, abaratamiento de las energías renovables, seguridad alimentaria y envejecimiento de la población.

Bruselas defiende que hay que ver estas partidas "como inversiones, no como gasto", que la UE debe dar contenido a su apuesta por una economía más moderna y, sobre todo, que un euro invertido a nivel europeo en investigación tiene más valor añadido que a nivel nacional.

La Comisión Europea ha echado cuentas: "Entre el 2000 y el 2006, cada euro invertido en política de cohesión generó un retorno de 2,1. Para el 2020 se espera que se eleve a 4,2 euros por cada uno invertido. En ciencia e investigación el retorno es aún mayor: en algunos casos, un euro invertido a nivel europeo genera hasta 14", sostiene Janusz Lewandowski, comisario de Presupuestos.

Para ganarse el apoyo de los líderes de los Veintisiete al presupuesto (todos los países tienen poder de veto), la propuesta de compromiso elaborada por Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, prevé un recorte del 7% (unos 11.000 millones) en el gasto propuesto por Bruselas para competitividad, una partida amplia que engloba Horizonte 2020 y otros programas, como seguridad nuclear y el proyecto de navegación por satélite Galileo.

Estos movimientos se observan con preocupación en el Parlamento Europeo, que tiene poder de veto en la materia. "Todo presupuesto por debajo de lo que propone la Comisión Europea significaría rebajar la ambición", ha advertido Maria Carvalho (PPE), ponente del informe parlamentario sobre el programa Horizonte 2020. Carvalho calcula que cada rebaja de mil millones de euros en el presupuesto supondría renunciar a 600 investigadores principales, 240 proyectos de colaboración y 400 acuerdos con pequeñas y medianas empresas.

Dado que Van Rompuy ha concentrado los recortes en las ayudas agrícolas y al desarrollo regional, los siguientes candidatos a la tijera son la competitividad y las redes transeuropeas de transporte y energía. En el 2005 la innovación ya se llevó la peor parte de los recortes de última hora de la cumbre. Para Francia, el gasto en agricultura es sagrado y absorbe casi la mitad del presupuesto europeo (son casi las únicas ayudas públicas autorizadas para el sector), lo que condiciona enormemente su diseño.

A las pegas de Alemania, Suecia y Holanda al nivel de gasto presupuestario que ha propues-to Bruselas (quieren recortarlo 100.000 o 130.000 millones de euros) se suma la amenaza de veto lanzada por el británico David Cameron, que exige un recorte global de 200.000 millones. Van Rompuy ha presentado una propuesta de compromiso que lo rebaja unos 80.000 millones y a partir de ahí el tijeretazo sólo puede ir en aumento. No se descarta que la cumbre termine sin acuerdo y que los Veintisiete se citen de nuevo en febrero para tratar de acercar posiciones.

23-XI-12, B. Navarro/J. Corbella, lavanguardia