los Países Bajos debaten sobre el suicidio asistido

Lectores corresponsales | 22/04/2010 - 19:36h | Actualizado el 23/04/2010 - 10:10h, lavanguardia

Pablo Pérez

Pablo Pérez

Estrasburgo (Francia)

Después de la legalización de la eutanasia en 2002, ahora se discute una ley que prevé el suicidio asistido para mayores de 70 años

Allá por el año 2002 Holanda asombró a una parte de la sociedad mundial y escandalizó a la otra legalizando la eutanasia. No era la primera vez. La regulación de las drogas y la prostitución bajo la polémica ley de gedogen, fue recibida con no pocos reparos y críticas por gran parte de la sociedad internacional.

La campaña de comunicación gubernamental se basó en la actitud legislativa holandesa, pendiente de los usos sociales, de la realidad existente dentro de sus fronteras. Legislar lo que es un hecho y no mirar hacia otro lado. Y para ello, se trasladan a la definición primaria del derecho: "el orden normativo e institucional de la conducta humana en sociedad". Si existe, si se ha convertido en un hecho real en la población, el poder correspondiente tiene que legislarlo.

Ahora debatirán en el Parlamento, tras las elecciones del 9 de junio, una ley que prevé el suicidio asistido para personas mayores de 70 años. Bajo el lema, "La vida es un derecho, no una obligación", la asociación 'Of Our Own Free Will' (Por voluntad propia), formada en su mayoría por intelectuales, políticos y escritores, aboga por la legalización de la ayuda al suicidio. Marie José Grotenhuis, portavoz del grupo, asegura que "debe legalizarse, a partir de los 70 años, para todas las personas sanas que no deseen seguir viviendo". Se expresa sin tapujos ni reparos. A sus 62 años, esta holandesa de extensa carrera en el mundo de la gerencia, quiere que todo aquel que tenga más de 70 y que considere que "su vida ya está completa", le pueda poner punto y final a sus días.

Del debate social al debate político
La concepción directa de la democracia en Holanda permite que 40.000 firmas abran un debate parlamentario. El objetivo está claro: cualquier tema social que genera debate público puede generar debate político. Y los parlamentarios holandeses tendrán que enfrentarse al debate del suicidio asistido. Y es que, 'Of Our Own Free Will' ya ha conseguido más de 120.000 firmas.

Las leyes, a lo largo de la historia, han seguido los pasos que marcaba la sociedad. Han regulado actos ya existentes. Desde tiempos del Imperio Romano, los usos y normas sociales se han convertido en derecho. 'Of Our Own Free Will' lucha en base a ello: "unos 400 ancianos se quitan la vida de forma violenta en Holanda cada año. No se trata de enfermos terminales o desesperados, porque para eso está la eutanasia. Son personas mayores que sienten que la muerte ha pasado de largo, olvidándoles", apunta Grotenhuis.

Y es que la eutanasia está permitida en Holanda, bajo una serie de requisitos de diligencia. El médico tiene que haber llegado al convencimiento de que la solicitud del paciente es voluntaria, de que su sufrimiento es insoportable y que no tiene perspectivas de mejora, de que en la situación en la que se encuentra no existe otra solución razonable y haber consultado al menos con otro médico independiente que también haya visto al paciente, entre otras. Además, el médico que practica la eutanasia a un paciente tiene que ser el que le trata normalmente.

Pero no se admiten todas las solicitudes. De hecho, se rechazan dos terceras partes de las que se presentan. ¿El motivo principal? Que el paciente fallece antes de haberse adoptado una solución. ¿Y los médicos? ¿pueden negarse? Pues el punto de partida de la ley es que no existe un derecho del paciente a la eutanasia ni la obligación del médico a practicarla.

Una práctica legalizada desde el año 2002 y que se toma como base para dar un paso más: el suicidio asistido a personas mayores sanas. No es descabellado pensar que la legalización empuje a muchas personas a quitarse de encima a sus mayores, considerándolos una carga o, incluso, esperando una herencia copiosa.

Ante la duda general de posibles abusos, la plataforma propone crear un cuerpo de especialistas en suicidio asistido: "Psicólogos, enfermeros y guías espirituales y religiosos". Ellos serían los encargados de comprobar el firme deseo del anciano a morir. Luego, la mezcla letal, que él mismo tomaría. No están enfermos, tienen sus capacidades mentales perfectas. Podrían hacerlo sin más, pero según 'Of Our Own Free Will' "lo harán dignamente". El gerente del Instituto de Neurociencia de Amsterdam, Dick Swaab, la ex ministra de Cultura, Hedy D'Ancona, el ex comisario europeo, Frits Bolkestein, el ex ministro de Asuntos Económicos, Jan Terlouw y el cantante y embajador de Unicef, Paul van Vliet, así como múltiples personalidades mayores de 60 años, se han sumado a la causa. "Si sientes en tu fuero interno que ya no te queda más vida, debes poder actuar", aseguran.

Todos toman como ejemplo a Suiza, el adalid europeo de la libertad: "En la clínica suiza Dignitas convencen a la mitad de los que acuden para que no se suiciden. También nosotros descartamos depresiones o soledades que lleven a buscar una escapatoria. Pero debe aceptarse que gente sana y cuerda no quiera sufrir por hacerse mayor".

Por su parte, la Iglesia ya ha levantado la voz. Una iglesia neerlandesa cansada de "los atropellos morales que se cometen en el país". Otras discordantes giran en torno al pensamiento de que estamos cayendo en un darwinismo social, que pretende facilitar la eliminación de los seres humanos marcados por el sufrimiento y por defectos. Darwin consideraba un obstáculo para la evolución humana la construcción de manicomios y hospitales, así como la elaboración de leyes para sostener a los indigentes. En su libro "El origen del hombre, la selección natural y la sexual" defiende que estas medidas de la sociedad impedirían o retrasarían la eliminación natural de los individuos defectuosos. En pleno siglo XXI, aseguran muchos holandeses "les ha tocado a los mayores".

El debate social ya está abierto, ahora el Parlamento decidirá si Holanda está preparada para escandalizar al mundo... Por penúltima vez.