el amor es muy malo para la salud... de las mujeres

...la violencia conyugal ... afecta a un 30% de la población femenina mundial...

  La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado de verdadera epidemia la violencia que se ejerce contra las mujeres, tanto la que practican las parejas como la que proviene de otros hombres. A partir del análisis de los datos del informe Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud, el primer estudio sistemático de los datos globales sobre este tipo de violencia, se confirma que el 38% de mujeres asesinadas en todo el mundo lo son a causa de la violencia ejercida por la pareja.

Las cifras que la OMS pone de relieve obligan a sociedades y gobiernos a tomar más medidas, más urgentes, ambiciosas y eficaces. El 35% de las mujeres reconoce haber sido víctima de maltratos físicos, psíquicos o sexuales por parte del cónyuge o de violencia sexual por parte de un hombre ajeno a la relación. La mayoría, hasta un 30%, es víctima de la propia pareja, una cifra que en función de las zonas puede alcanzar casi el 38%.

Obtener estos datos no siempre es fácil, dado que hay muchos estados donde no se recoge información sobre este tipo de violencia y donde, además, ni policías ni jueces se preocupan de perseguir estos delitos, que tienden a permanecer en el silencio y la impunidad. En los casos más extremos, en determinadas áreas, el miedo de las mujeres a denunciar estos ataques complica mucho cualquier acción preventiva. Las amenazas, el aislamiento y la estigmatización social son factores que deben ser combatidos.

La OMS distingue entre la violencia conyugal y la violencia sexual no conyugal. La primera es la más extendida, ya que afecta a un 30% de la población femenina mundial. Las mujeres maltratadas por la pareja tienen casi el doble de probabilidades de sufrir depresión y son más propensas al alcoholismo. Por otra parte, tienen 1,5 veces más probabilidades de contraer sífilis, clamidia o gonorrea y, en algunas regiones, tienen 1,5 veces más posibilidades de contraer el VIH. Mientras, las áreas asoladas por las guerras, las limpiezas étnicas, la delincuencia organizada y situaciones similares son escenarios donde prolifera la violencia sexual no conyugal.

Estamos ante un cambio significativo en la percepción y proyección pública de la violencia machista, que abre las puertas a nuevos planteamientos políticos, educativos, sociales y legales. El grito de alarma de la OMS exige un compromiso más firme de gobiernos y organismos multinacionales. La inacción condena a la muerte a millones de personas cada día.

24-VI-13, lavanguardia