"Repulsa social aquí o allí", Francesc-Marc Álvaro
El mismo día que los populares Camps y Costa eran declarados "no culpables" en el juicio del caso de los trajes,el también popular y ministro de Justícia, Ruiz-Gallardón, anunciaba una serie de reformas entre las cuales sobresale la creación de la llamada condena de prisión permanente revisable para los casos que tengan "el máximo grado de repulsa social" y para dar respuesta a "situaciones que han producido un gran impacto social". La coincidencia es sensacional y señala, una vez más, que la realidad supera la ficción, sobre todo cuando la ficción forma parte de la realidad política o cuando - para decirlo como Guy Debord-"en el mundo realmente trastocado, lo verdadero es un momento de lo falso"...
Una reflexión especial merece que Gallardón argumente la medida a partir de conceptos tan resbaladizos, dinámicos y subjetivos como "repulsa social" e "impacto social". Se trata de fenómenos que aparecen por la combinación de valores e intereses que pueden ser modelados y modulados por los medios y la propaganda. Dar a la repulsa o impacto social esta influencia normativa nos arroja a los abismos de la arbitrariedad, allí donde el imperio de la emoción mediática acaba dictando sentencias. Si fuera por repulsa e impacto social, Camps habría sido declarado culpable por muchos jurados de fuera de Valencia. O Fèlix Millet llevaría muchos meses en la cárcel. O el indulto del Gobierno Zapatero al banquero Alfredo Sáenz no habría tenido lugar. O las indemnizaciones de algunos directivos de cajas de ahorros habrían llevado a mucha gente a los tribunales. Recordarle al ministro que a todos no nos escandaliza lo mismo puede parecer obvio pero no lo es. A mí, por ejemplo, me crea repulsa y me indigna que un juez, como ha pasado en Murcia, exculpe a un hombre que pegó a su mujer en la boca.
27-I-12, Francesc-Marc Álvaro, lavanguardia