el "jurado popular", un tribunal peculiar

Nueve ciudadanos forman una institución que aborda delitos muy concretos

Un tribunal peculiar

Más allá de debates, polémicas o tópicos, lo cierto es que el jurado representa una pequeña parte de la actividad judicial en España, aunque delicada por los asuntos que aborda. Ahora bien, la realidad es que los estudios del Consejo General del Poder Judicial, según fuentes de este organismo, revelan que se revocan pocas sentencias de este tribunal y que la aceptación de la institución crece entre los profesionales del derecho y la población en general. Pero su composición y funcionamiento aún arroja dudas.

¿Desde cuándo existe el jurado en España?
La República recuperó esta institución en el año 1931, que un bando del general Mola abolió durante la Guerra Civil sin vuelta atrás durante todo el franquismo. La Constitución de la democracia, sancionada en 1978, volvía a recoger el jurado, la participación de los ciudadanos en la justicia, pero los legisladores se tomaron con calma su desarrollo: hasta 1995 no se aprobó la ley. Los primeros juicios con tribunal popular con la nueva legislación se celebraron en España en 1996.

¿Quién puede formar parte de un jurado?
Cualquier español mayor de edad que sepa leer y escribir, en pleno ejercicio de sus derechos políticos, que no esté condenado y que no tenga relación con el caso por juzgar. Cada año se hace un sorteo de posibles jurados entre el censo electoral y se va convocando antes de cada juicio a los posibles integrantes del tribunal, que pasan un interrogatorio previo por fiscal y abogados. Están exentos de ser jurados los miembros de la familia real, los del Gobierno y los profesionales del derecho.

¿Qué delitos juzga el tribunal del jurado?
La ley del Jurado, en su artículo 1, refiere los delitos que pueden verse ante el tribunal popular. Son siete tipos: contra la vida, de funcionarios públicos en ejercicio de sus cargos, contra el honor, omisión del deber de socorro, contra la intimidad y el domicilio, contra la libertad y contra el medio ambiente. Pero su competencia no es tan clara: si hay un delito asociado que no es de jurado, es posible que el asunto acabe dilucidándose ante un tribunal profesional. Además, por su algo costo, se es algo restrictivo en el planteamiento de los temas ante él. Por ejemplo, muchos allanamientos de morada acaban calificados como faltas para evitar este tipo de juicio.

¿Los jurados pueden hacer preguntas durante el juicio?
Sí, y es bastante habitual. Cuando todas las partes han concluido sus interrogatorios, los miembros del jurado pueden escribir las preguntas que desean hacer y se las trasladan al magistrado presidente, que dicta su oportunidad y las efectúa.

¿Cómo se elabora el veredicto?
En España, el jurado es puro y está compuesto por nueve titulares y dos suplentes. Cuando termina el juicio, el magistrado presidente (un juez profesional) elabora de acuerdo con los abogados el objeto del veredicto, que es una lista de preguntas que los jurados deben responder y argumentar de acuerdo con lo visto en el juicio. Para deliberar y votar, el jurado es incomunicado. Luego, tomando como base el texto, el juez elabora la sentencia. Para condenar se necesitan siete votos; para absolver, cinco. El juez puede devolver el veredicto al jurado si no está argumentado. Si no se tienen las mayorías necesarias o se devuelve tres veces el veredicto, se disuelve el jurado y se convoca nuevo juicio. Si ocurre lo mismo, se dicta sentencia absolutoria.
¿Se puede recurrir la sentencia del jurado?

Primero, al Tribunal Superior de la comunidad autónoma y luego al Tribunal Supremo. Sin embargo, no son muchas las sentencias y veredictos anulados por las instancias superiores. Los magistrados deben centrar su revisión en cuestiones técnicas, como si los argumentos han sido suficientemente expuestos o no hay contradicciones, pero rara vez pueden entrar a contradecir la valoración que hacen los miembros de un jurado de las pruebas y testimonios expuestos a lo largo de la vista oral. No hay estadísticas acerca de si se revocan más sentencias de jurados o de tribunales profesionales, pero la impresión de los juristas es que no es fácil cambiar la decisión de un tribunal popular.

27-I-12, lavanguardia