la ONU denuncia las posiciones del Vaticano sobre libertades individuales e irresponsabilidad con niños

Los 18 expertos del comité de la ONU plantean al Vaticano un total de 67 recomendaciones, entre las que figuran la reforma del derecho canónico, el fin de los simples traslados de los pederastas, la suspensión inmediata de los sospechosos y una formación adecuada en los seminarios para atajar el problema.

La Santa Sede fue objeto ayer de una de las denuncias más graves de la historia reciente, un golpe devastador a su prestigio como institución. El Comité de las Naciones Unidas para la Protección de los Derechos del Niño, con sede en Ginebra, presentó un informe demoledor sobre el escándalo de los clérigos pederastas.

El documento de la ONU exige al Vaticano que actúe con más severidad contra los abusadores o los sospechosos de serlo y que abra por completo sus archivos sobre estos casos. Acusa a las jerarquías católicas de haber escondido durante decenios estos graves delitos, mediante un "código de silencio", y de no haber tomado todavía medidas suficientes para la prevención efectiva.

   En el informe se incluyen consideraciones de extrema dureza. Se dice, por ejemplo, que la Santa Sede "antepuso sistemáticamente la defensa de la reputación de la Iglesia y de los supuestos abusadores frente a la protección de los niños víctimas". "El comité está seriamente preocupado de que la Santa Sede no haya reconocido la dimensión de los delitos cometidos, y de que haya adoptado políticas y prácticas que han llevado a la continuación de los abusos y a la impunidad de quienes los perpetran", se afirma.

El Vaticano reaccionó con "sorpresa" y evidente irritación ante un pliego de acusaciones que ve desproporcionado. En un comunicado, indicó que las observaciones del comité de la ONU serán sometidas "a un minucioso estudio y examen", pero al mismo tiempo lamentó que el documento sea también "un intento de interferir en el magisterio de la Iglesia católica sobre la dignidad de la persona humana y el ejercicio de la libertad religiosa".

Las quejas vaticanas aludían, en efecto, a que el informe va más allá de la pederastia y se adentra en terrenos como el aborto (se insta con vehemencia a la Santa Sede a revisar su posición cuando está en peligro la vida y la salud de las mujeres embarazadas), la educación sexual, los anticonceptivos y homosexualidad. El comité insta al Vaticano a hacer obligatoria, en las escuelas católicas, la información sobre métodos anticonceptivos y prevención del sida. Se le exhorta, asimismo, a condenar la discriminación contra los jóvenes homosexuales o contra los hijos de parejas del mismo sexo.

El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, dijo que el comité había preparado el documento sin tener para nada en cuenta y con anterioridad a las explicaciones que él mismo dio hace unas semanas.

Aunque las conclusiones del comité no son de obligado cumplimiento, si representan una considerable presión moral. Este foro de la ONU está formado por expertos independientes de todo el mundo. Su análisis fue aplaudido por las asociaciones de víctimas, como la SNAP -muy presente en Estados Unidos-, cuya presidenta, Barbara Blaine, se congratuló de que el informe "dé esperanza a centenares de miles de víctimas en todo el mundo". Uno de los elementos más incisivos del documento es el llamamiento al Vaticano para que evalúe el número de hijos nacidos de padres curas, se descubra quiénes son, dónde viven, y se adopten medidas para garantizar sus derechos. Se recomienda a la Santa Sede que ponga fin a los "acuerdos reservados" con las madres de estos niños para proporcionarles ayuda económica. Es decir, que haya transparencia y un procedimiento público para afrontar estos casos...

L'Osservatore Romano, el diario vaticano, dio en portada la noticia de Ginebra, pero enfocándola por la reacción de la Santa Sede y sin mencionar ni las acusaciones ni las recomendaciones de la ONU.

6-II-14, E. Val, lavanguardia