la ingeniería fiscal también es ingeniería social, desleal e injusta

20081214072959-20081122elpepivin-4.jpgLa evasión tributaria, legal o ilegal, es el pan de cada día de los multimillonarios que llegan a Aspen en avión privado Gulfstream para su estancia veraniega en este resort de lujo entre bosques de álamos y los picos afilados de las Rocosas.

Jeff Bezos, consejero delegado de Amazon, cuyo patrimonio rebasa ya los 19.000 millones de dólares, tiene una mansión familiar en la Montaña Roja, detrás del pueblo de 8.000 habitantes, cuyo valor asciende a 20 millones de dólares. Amazon solo paga un 5% de impuestos en EE.UU. y utiliza paraísos fiscales como Luxemburgo, según una investigación de la agencia Reuters.

Luego están los hermanos Koch, empresarios del petróleo, financieros del Tea Party y del negacionismo del cambio climático, cuya riqueza conjunta rebasa los 50.000 millones de dólares. Acaban de poner en venta su casa de madera con ocho cuartos de baño por 89 millones de dólares. Los Koch insisten en sus tertulias libertarias de Aspen en que pretenden eliminar todos los impuestos sobre beneficios y plusvalías, y han financiado a muchos congresistas republicanos en busca del impuesto cero.

Michael Dell (16.000 millones de plusvalías), que tiene un rancho de diez millones de dólares en los alrededores del pueblo, realizó una operación de adquisición de su propia empresa para evitar pagar millones de dólares. Dell utiliza el paraíso fiscal de Irlanda para reducir sus impuestos a 1,5 millones de dólares sobre casi 10.000 millones de beneficios.

John Paulson, el gestor de uno de los fondos especulativos -hedge funds- más grandes del mundo, cuyo patrimonio personal asciende a 12.000 millones de dólares, acaba de vender su mansión en el lago de Aspen por 26 millones. Paulson, importante fuente de fondos para el partido republicano, acaba de destinar 450 millones al paraíso fiscal de Bermuda, parte de una opaca operación de evasión fiscal transnacional.

Las estrategias de evasión tributaria de la élite empresarial estadounidense y global que se reúne para los eventos del Aspen Institute, han sido toleradas durante décadas quizás porque empresas como Amazon, Dell y los fondos de inversión en Wall Street son donantes importantes para los partidos.

Pese a que se pierdan miles de millones de dólares al año debido a la evasión fiscal, existen decenas de loopholes (agujeros) en el sistema que permiten reducir la factura tributaria de las grandes multinacionales. Segun cálculos del semanario The Economist, las empresas ahorran impuestos por valor de 150.000 millones de dólares al año gracias a estrategias de ingeniería fiscal, y han aparcado dos billones de dólares en jurisdicciones muy generosas en cuanto a política tributarias.

Hasta la fecha, el Congreso ha bloqueado todas las propuestas de la Casa Blanca para forzar a empresas multinacionales a repatriar una mayor parte de sus rentas tributables. Pero hay indicios esta semana de que Obama, en busca de logros concretos para mejorar su legado presidencial, está a punto de tomar medidas ejecutivas unilaterales para frenar la evasión de impuestos de las grandes corporaciones. Tras pronunciar un discurso en Los Ángeles a finales de julio en el que arremetió contra las estrategias de ingeniería fiscal de las multinacionales, Obama pretende actuar en las próximas semanas. Calificó de "deserción antipatriótica" las estrategias de minimización tributaria de una serie de empresas.

La Casa Blanca debe actuar contra las empresas que adquieren filiales extranjeras y luego trasladan su sede fiscal a países donde no deben pagar tantos impuestos. Amazon lo ha hecho ya en Luxemburgo. La cadena gigante de farmacias Walgreens estuvo a punto de trasladarse al pueblo suizo de Zug tras adquirir la cadena británica Boot's. Boot's ya utiliza el pequeño cantón de Zug, con 20.000 habitantes y más de 30.000 empresas registradas, para minimizar sus costes tributarios a escala mundial.

Tras las advertencias de que Obama podría actuar, Walgreens se echó atrás. Sin embargo, otra empresa, la farmacéutica AbbVie, con sede en Chicago, adquirió la británica Shire el mes pasado y pretende desplazar su sede al Reino Unido, donde pagaría un 13% en impuestos frente al 22% en EE.UU. Es una de las muchas multinacionales que evaden legalmente impuestos mediante el traslado de sedes fiscales.

"Me da lo mismo que -las operaciones de evasión fiscal- sean legales, son injustas", dijo Obama en Los Ángeles. La Casa Blanca responde a una carta enviada por la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, la esperanza de la izquierda demócrata y posible rival de Hillary Clinton en las primarias, que insta a la Casa Banca a aprovechar sus poderes presidenciales y hacer algo unilateralmente contra la evasión fiscal corporativa.

En un momento de recrudecimiento de la política de clases en EE.UU., plantar cara a la élite corporativa de Aspen puede dar resultados en las urnas y los sondeos. No hay mucha admiración ya por la gente VIP que circula por las calles pintorescas del pueblo en Ferrari, compra trajes de Prada o Louis Vuitton y adornos de plata marca Buccellati Milano en forma de bisonte, y gastan miles de dólares en cenas de ragut de alce y salchicha de faisán en el restaurante Cloud Nine Nine.

La excelente salud de la élite en la montaña contrasta con una clase media cuya renta se ha estancado desde hace décadas. "En Aspen tengo cuatro empleos para poder pagar el alquiler -dice Elisa, camarera del centro cultural Woody Creek, cerca de Aspen-. Igual tendré que regresar a Texas". Hay un éxodo de residentes de clase media que no pueden competir con los ejecutivos en el mercado de la vivienda.

En los próximos días, Obama anunciará medidas concretas, según fuentes informadas. Obama "está explorando una serie de acciones ejecutivas que pueden frenar la marea -dice Katrina Van den Heuvel, directora de la revista The Nation-. Existen varias opciones prometedoras". Se espera un anuncio del Tesoro de nuevos reglamentos para reducir los incentivos de trasladar sus sedes tributarias. La eliminación de esas estrategias de evasión fiscal supondría ingresos de 20.000 millones a Hacienda en EE.UU., según los cálculos de un comité de tributación del Congreso.

16-VIII-14, A. Robinson, lavanguardia