"Porna, el porno feminista", Erika Lust

Erika tiene ese aspecto angelical, adorable y naif que uno nunca espera encontrar en una directora de cine porno. Y sin embargo ella es la única mujer de todo el Estado español que ostenta ese puesto, con un imperio detrás y una discreta, sutil, inteligente mirada crítica sobre el género. También en eso ha roto moldes esta sueca afincada en Barcelona desde hace años. Acaba de presentar su último trabajo: XConfessions.

Estudió la carrera de Ciencias Políticas en una prestigiosa universidad donde conoció a Linda Williams, la catedrática que le enseñó a profundizar en las consecuencias sociales de la pornografía. "Me inspiró a iniciar mi carrera en un rincón de la esfera cultural siempre maldito y oscuro. Vi el mundo con otras gafas, supe que podía deconstruirlo". Desde entonces se ha dedicado ha crear películas sobre la fascinación, el fetichismo, la plenitud, la rendición, la soledad o la libertad, todas hilvanadas con escenas "sexualmente explícitas y estéticamente emotivas".

  XConfessions, más que películas porno son cuentos eróticos. ¿Esa era la intención?

Si, ya lo hice con Cabaret Desire, la potencia del cuento erótico es insustituible. XConfessions es un proyecto que nació con la intención de renovar, de darle otro aspecto, a la pornografía. Es una obsesión conceptual con la que vengo trabajando desde hace años.

Pero esta vez surge a raíz de la gente que le escribe explicando sus fantasías sexuales...

¡Había tanta gente que me enviaba sus historias, que me reclamaba otra manera de explicarlas! Gente que pedía a gritos un nuevo discurso, el que corresponde a una juventud abierta, liberal. Una mirada limpia del sexo. Gente que sentía -igual que yo- que su sexualidad no estaba representada en las películas porno al uso.

La primera que vez que su novio la invitó a ver una de esas películas se sintió incómoda.

¡Por supuesto! Lo que estaba viendo no reflejaba para nada lo que para mí era el sexo. Como yo muchas otras jóvenes. Ahora, por suerte, la mirada crítica de nuestros jóvenes ya es otra, no ven el sexo como puro mecanismo malabar. Quiero provocar más reflexión, más emoción.

¿Entonces llega una generación sin sentimiento de culpa?

Exacto. Una generación que no considera una vergüenza ver una película erótica, pero reclama calidad. ¡El sexo es algo demasiado complejo, demasiado importante, como para dejarlo en manos de Rocco Siffredi!

Las historias de Erika Lust -y ya tiene centenares- surgen en lugares cotidianos: una oficina, un comedor... nada sofisticado.

¡Porque así es como surge en la vida real! Hay que normalizarlo, no todo van a ser cortinas de terciopelo y artilugios masoquistas.

En los càstings usted prefiere gente anónima a actores profesionales.

Mezclo. Hoy las redes sociales te llevan hasta gente que, potencialmente, puede funcionar en estas películas. Cada día recibo montones de ofertas.

¿Qué límites se ha autoimpuesto?

Los legales. Cuando tu invitas a la gente a que te explique sus experiencias sexuales tienes que vigilar. Siempre se cuela algún loco de internet. Hay monstruos en internet, algún troll. Pero pocos.

¿Cual es el criterio para elegir un actor o una actriz porno?

Lo primero que valoro es la actitud. Lo segundo, que me guste físicamente y que no sea de plástico. Y luego tengo que investigar, saber muchos detalles: cuales son sus preferencias sexuales, si se han operado o no, qué tipo de vello púbico tienen, que no estén enfermos, que sigan controles sanitarios, si sus padres saben lo que están haciendo...

¿Por qué siempre son tan jóvenes ? ¿Es que los mayores de 40 no tienen vida sexual?

Ah, eso es interesante. Es muy muy difícil encontrar gente que quiera esos papeles a partir de los 30 años. Yo creo que los jóvenes son más libres. Los mayores temen perder su anonimato, lo que dirá el vecino, lo que pensará el otro... Parece mentira pero a partir de los 30 prefieren el sexo privado al público. Entre 20 y 30 la gente se siente más cómoda con el exhibicionismo.

¿Alguna vez le han dicho "gracias, has salvado mi vida sexual"?

Me ocurre a menudo. La última vez, una mujer recién separada, en la peluquería. Tenía más de 40 años y desconocía lo que era un vibrador. Al final, riéndose, me dio las gracias.

¿Erika Lust es la única directora de porno en España?

Creo que soy la única en activo, con una empresa detrás rodando durante tantos años. Existen proyectos particulares o amateurs pero no con nuestra estructura. Yo, en realidad, siento que he montado un laboratorio audiovisual con el que puedo jugar.

¿Se siente más cerca de lo que pretendía hace diez años, cuando empezó por esa senda?

Por fin me siento en paz, más cerca de mi intención inicial que era cambiar el concepto que teníamos de la pornografía. Aunque sigue siendo delicado. A veces, cuando me preguntan a qué me dedico, siento que si sólo suelto la palabra pornografía la gente se asusta.

¿Todavía?

¡Claro! Porque tienen en su mente ese concepto negativo, de algo sucio y maldito. Yo quiero que lo vean de otro modo: cine adulto independiente. Porque a mí misma a veces, el concepto porno me repugna, me hace vomitar, si se entiende como lo que fue en los años ochenta o noventa.

En esas décadas, dice usted, era estéticamente deleznable.

Feo, se hizo un porno realmente feo. El genero que me interesa llevar al cine es el sexo con alma. Para cambiar cualquier tendencia, en el mundo, necesitas crear una masa crítica. En ello estoy.

¿Ámbito privado o público?

Privado. Yo misma, cuando veo mis películas en una sala, me sonrojo. Porque sé que es un género que nació con un objetivo obvio: excitarse. Y eso debe quedarse en casa, no debe distribuirse.

¿Le disgusta la última etiqueta que le ha colgado: pornografía feminista?

En absoluto, yo soy feminista para quien sepa de verdad lo que eso significa. Pero hay que matizar... no es que me no me guste, es que debo especificar: ¿qué entiendo por porno? ¿qué entiendo por feminista? Son dos palabras que siguen teniendo connotaciones oscuras, negativas, para mucha mucha gente. No para mí.

Cuando está grabando escenas de ese tipo y surgen situaciones incómodas, ¿cómo resuelve la papeleta?

Cuando eso ocurre, a menudo es porque los actores no se conocen. ¡Y así no logras la mejor química del mundo! Por eso me gusta rodar con parejas donde haya feeling previo. Pero si la cosa no funciona, si no tenemos la erección de un hombre, podemos variar la escena... ruedas una película más erótica y menos explícita.

¿Alguna vez ha pedido a todo su equipo que salga de la sala y deje a los actores solos?

Sí, cuando les intimida estar delante de veinte personas. En una ocasión una pareja -que lo era en la vida real- fue incapaz de hacer el amor delante del equipo. Así que les dije: "Cierro la puerta, os dejo la cámara ahí, solos". Salimos fuera y no hubo problema.

¿Entre todas, cual ha sido la escena más difícil de rodar?

En mi primera escena homosexual entre dos hombres no supe cómo reaccionar. Desconocía ese mundo, así que les dije: "Vosotros mismos". Funcionó.

No todo el mundo sirve.

Cualquier hombre alberga, en su interior, la certeza de que podría ser actor porno alguna vez. A veces les tengo que explicar que puedes ser el mejor amante del mundo y, sin embargo, un pésimo actor porno.

Lara y Liv (por Liv Ullman), sus niñas, tienen ahora 7 y 4 años. ¿Cómo les explicará la profesión de su madre?

Con mucha naturalidad. No me da miedo lo que yo les diga, me da miedo lo que les digan otros. Padres, compañeros. Pero están creciendo un un hogar equilibrado, con padres que les trasladan valores sólidos, mentes abiertas.

¿A qué edad cree que podrán empezar a ver sus películas?

La respuesta correcta sería decir que a los 18. Pero todos sabemos que un adolescente ya se interesa por el sexo a los 15 años. A esa edad ya lo han mirado todo por internet. ¡Eso es lo malo! La mayoría encuentra material terrible, nefasto, machista, violento. Como a muchos padres no me preocupará que miren sexo, sino qué tipo de sexo.

A lo mejor lo que necesitamos no son más mujeres sino más hombres feministas.

Completamente. Ellos no son el enemigo, y muchos ya se han dado cuenta de que no quieren ciertas actitudes para sus hijas. En Suecia lo tienen muy claro.

¿Qué diferencia hay entre la sexualidad de una joven españolas y la de una sueca?

Para empezar, la sueca ha crecido en una sociedad donde hombre y mujer son un equipo. Cuando te enseñan que la pareja es un binomio armónico, es muy difícil que caigas en la dominación.

Aquí van aumentando los casos de violencia doméstica que acaban en asesinato.

Eso en Suecia sería inimaginable. Yo creo que algunos hombres, aquí, no resisten que una mujer rompa con el papel tradicional que se espera de ella. En mi país los ministros se definen como feministas... ¡Y no pasa nada! Este domingo tenemos elecciones y, por primera vez, parece que el partido feminista va a entrar en el parlamento. Y nadie se alarma.

Les educan en esos términos

Allí no hay ningún adolescente de instituto que no haya estudiado el feminismo como movimiento. En España les preguntas a algunas chicas y todavía creen que las feministas son un grupo terrorista cuyo objetivo es acabar con los hombres. ¡Por favor! eso es no entender nada. Es triste. ¿Cuándo las van a educar? ¿No hemos conseguido explicar todavía eso? Cuando hablamos de feminismo hablamos de derechos humanos.

13-IX-14, N. Escur, lavanguardia