Öcalan pacta un plan de paz con Ankara y anuncia un congreso para el desarme

Resultat d'imatges de Öcalan peace planPor vez primera vez Ankara y altos cargos kurdos han trazado juntos una plan de paz. Se trata de un acuerdo de mínimos de diez puntos difundido ayer y que deben definir el marco de un futuro posible desarme de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El marco de una nueva Constitución, según lo previsto en el plan, debe garantizar unos principios democráticos que permitan el abandono de las armas del PKK en suelo turco. Ankara sobre todo se comprometería a reforzar la autonomía de las administraciones locales en el sudeste del país como reconocimiento de la identidad kurda.

El ministro del Interior, Afkan Ela, compareció ayer frente a las cámaras junto al viceprimer ministro Yalçin Akdogan y el diputado del principal partido prokurdo, el Democrático de los Pueblos (HDP), Sirri Süreyya Önder, para dar a conocer las bases de un acuerdo crucial en aras de aplacar de forma permanente una insurgencia por parte de guerrilleros kurdos con treinta años de historia. Los diez artículos que contiene la ruta de paz son fruto de la negociación de Ankara con el desde 1999 encarcelado líder del PKK, Abdullah Öcalan. De hecho por vez primera se leía un comunicado suyo en directo por televisión junto a representantes gubernamentales de Ankara, que considera al PKK, al igual que Bruselas y Washington, como una organización terrorista.

"Invito al PKK a celebrar un congreso de desarme en primavera para tomar la estratégica e histórica decisión de abandonar la lucha armada en base a unos principios mínimos sobre los que se llegue a un acuerdo", reza el comunicado de Öcalan. A su vez Önder, encargado de leer el documento, declaró que el proceso de paz ha llegado a "una etapa oficial, seria y responsable" haciendo hincapié en que las negociaciones oficiales se centrarían ahora en los diez puntos y que "ambos bandos nunca han estado tan cerca de la paz".

El PKK se levantó en armas en 1984 contra las fuerzas de seguridad y desde entonces la lucha ha costado unas 45.000 vidas, la mayoría por parte de los kurdos. En marzo del 2013 llegó un alto el fuego por parte de la guerrilla kurda, una vez ya emprendidas las negociaciones secretas con el Gobierno turco. Desde entonces han acusado fragilidad, sobre todo en octubre del 2014 cuando disturbios en el sudeste turco provocaran más de cuarenta muertos.

La iniciativa de dar a conocer de forma concreta unas negociaciones que hasta ayer eran mantenidas de forma clandestina está unida de forma indisoluble a las aspiraciones políticas del hombre fuerte de Turquía, el presidente Recep T. Erdogan. No sólo desea seguir siendo jefe de Estado hasta 2023 ¿el centenario de la república¿ sino hacerlo con una nueva Carta Magna que conceda a la presidencia más poderes ejecutivos. Para ser aprobada por el Parlamento necesitará probablemente después de las elecciones generales de junio el apoyo de los prokurdos, concretamente del HDP.

1-III-15, R. Ginés, lavanguardia