Daesh ataca el nuevo dominio huti en Yemen

Varios terroristas suicidas cometieron ayer el primer atentado del Estado Islámico (EI) en Yemen. Atacaron dos mezquitas de Saná, la capital, con explosivos adheridos a sus cuerpos. El resultado fue 142 muertos y 351 heridos, uno de los peores balances que se recuerdan en un país acostumbrado a la violencia más extrema.

Este doble atentado mete a Yemen de lleno en una guerra civil con todas las características de un conflicto regional y religioso que supondrá, a corto plazo, la expansión del terrorismo yihadista.

Las mezquitas de Badr y Al Hashush estaban a rebosar durante el rezo semanal del viernes. Unos terroristas se inmolaron dentro de los templos y otros justo afuera, cuando salían los supervivientes de las primeras explosiones.

Las víctimas son hutíes, la tribu que controla Saná desde septiembre. También son chiíes y cuentan con el apoyo de Irán. El 20 de enero tomaron el palacio presidencial y el 6 de febrero disolvieron el Parlamento. Su gran aliado interior es Ali Abdulah Salé, el presidente depuesto en la revolución del 2011. Una parte significativa del ejército está con él.

El presidente Abd Rabbo Mansur Hadi resiste en Adén, la gran ciudad del sur. Cazas leales a Salé bombardearon ayer su residencia. Aún así, logró enviar un correo electrónico para confirmar que estaba bien y, de paso, reiterar que "los hutíes y Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) son las dos caras de la misma moneda, grupos violentos que pretenden desatar una guerra sectaria".

Hadi es suní y tiene el apoyo de Arabia Saudí y las monarquías del golfo Pérsico. Los guerrilleros de AQPA, así como los del EI, también son suníes, pero luchan contra Hadi porque es un firme aliado de EE.UU.

También ayer, el EI intentó un tercer atentado suicida en una mezquita de Saada, la capital de los hutíes, pero la policía interceptó al terrorista, que se inmoló sin llevarse a nadie por delante.

Yemen es un país unificado sólo desde 1990. Salé lo gobernó durante décadas gracias a los recursos de un petróleo que ahora se acaba. Mantenía el equilibrio a base de pagar a las tribus suníes.

Hadi no supo ser tan hábil y el gobierno central perdió el control del territorio. El vacío lo aprovechó Al Qaeda, que estableció en las provincias del interior uno de sus grupos más activos. Los atentados de ayer demuestran que AQPA tiene ahora un competidor. La presencia del EI en Yemen puede hacer ver a iraníes y saudíes la necesidad de actuar juntos. Irán ya colabora con Iraq y Siria en la lucha contra el Estado Islámico.

21-III-15, lavanguardia