"La farsa", Quim Monzó

Hoy es uno de los dos sábados del año en el que hay que adelantar o retrasar los relojes. En el momento en que escribo esto no sé si a las 2 de la madrugada avanzaremos las manecillas a las 3, o a las 3 las atrasaremos a las 2. Esta mañana, cuando me levante y vaya a comprar los diarios, lo primero que haré será mirar los dibujitos que publican en portada para avisarnos del movimiento correcto. Así podré contestar la pregunta habitual de cada seis meses: "¿Hoy qué toca? ¿Adelantar el reloj o atrasarlo?". Y a primera hora de la tarde empezaré a poner todos los relojes de la casa a la hora de mañana, porque no soporto esperar hasta el último momento. Si hay que hacer algo, hagámoslo rápido y listos.

Resultat d'imatges de buster keaton relojEl jueves, en la Antiga Fàbrica d'Estrella Damm tenían que presentar el Anuari de la Reforma Horària correspondiente al año pasado. Lo cancelaron por el luto oficial por el accidente del avión de Germanwings. El abanderado de ese esfuerzo por devolver a las vidas de la gente unos horarios racionales es el intrépido Fabian Mohedano, que hace años que brega. Los puntos de ese acto de presentación que finalmente no se hizo eran tres: "1) Recuperar las dos horas de desfase horario en relación con el resto del mundo. 2) Impulsar una nueva cultura del tiempo en las organizaciones a favor de modelos más eficientes y productivos. 3) Recuperar el huso horario GMT que nos corresponde por situación geográfica".

Sobre el punto dos, debo dar gracias al cielo porque el tipo de trabajo que he tenido a lo largo de estos últimos treinta y cuatro años de vida -pasarme el día leyendo y escribiendo- me ha permitido ser amo de mis horarios y seguir comiendo y cenando como comía y cenaba la gente en Barcelona durante mi niñez. A las doce y media o como muy tarde a la una la comida y, la cena, a las ocho. La cuestión del huso y el desfase horarios ha sufrido estos últimos años un cambio excepcional: la mayoría de personas ven ya que no se aguanta por ningún sitio, incluso aquellas que lustros atrás, cuando se lo explicabas, te miraban como si te faltase un tornillo. Esta misma semana la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios ha pedido al Gobierno español que hoy no se cambie la hora para, así, adaptarnos al huso del meridiano de Greenwich y abandonar el de Berlín, que Franco abrazó en 1942, imbuido de amor por la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. Como era previsible, si realmente hasta esta semana no han hecho la solicitud, ya pueden sentarse confortablemente a esperar que les contesten alguno de estos años. Y, en relación con el cambio de horario que hacemos hoy, como cada seis meses, sepan que se ha hecho tan evidente que sus supuestos beneficios de ahorro energético son casi nulos que Angela Merkel incluye en su programa electoral acabar de una vez por todas con esta farsa. Es decir, disfrutad de este cambio de hoy -y del próximo- porque según cómo vayan las cosas no habrá muchos más.

28-III-15, Quim Monzó, lavanguardia