"¿Hacia dónde va la escuela?", Alfons Calderón

Resultat d'imatges de politica educacionMás allá de la reciente y trágica agresión letal a un profesor, en nuestro país la agria polémica sobre aspectos educativos surge a menudo.

La película Camino a la escuela, dirigida por un francés y rodada en escenarios tan ­dispares como Kenia, Argentina, Marruecos e India con el apoyo de la Unesco, ofrece una bella parábola, basada en hechos reales, para reflexionar también sobre lo que aquí sucede. Sus protagonistas son niños que recorren esforzadamente muchos kilómetros para acudir a clase.

No se trata de un acicate para que los es­colares se sacudan la pereza matinal. La cinta va más allá, mostrando al menos dos claves del éxito educativo. En primer lugar, la educación empieza en la familia. Los testimonios expuestos son de procedencia humilde. Pero los padres tienen clarísima la importancia de la enseñanza para sus hijos, aunque conlleve el sacrificio de su alejamiento. Les animan, les orientan, les apoyan sin adulación ni sobreprotección y el cole es motivo frecuente de conversación familiar. Segundo: el crecimiento está asociado al esfuerzo con ilusión. Los peligros que el desplazamiento cotidiano entraña, o la incomprensión de vecinos machistas en el caso de unas niñas, no son obstáculos. En el documental de hermosas imágenes aparecen valores que conviene recordar: apoyo mutuo, respeto a los mayores, incar­dinación en el medio natural y en el entorno social o dimensión espiritual de la persona.

Resultat d'imatges de politica educacionEn cambio, nuestro debate educativo está bastante sesgado: parcial, excesivamente centrado en estructuras o burocracia, altamente ideologizado, preso de intereses corporativistas, deshumanizado a veces y falto de sentido común. Y seguimos en bajas posiciones en los rankings internacionales, sin que los políticos alcancen el consenso necesario para sacarnos de esta deriva empobrecedora. Si mi abuela, maestra rural nacida a finales del siglo XIX, levantara la cabeza, se horrorizaría. No por las nuevas tendencias pedagógicas ni por los dispositivos electrónicos de un aula moderna. Lo que no comprendería es que una sociedad más desarrollada e instruida, como la actual, presente tasas tan elevadas de fracaso escolar. No es sólo cuestión de recursos, sino de actitud colectiva.

Alguien dijo que el futuro se escribe con f de formación. Ojalá que nuestra escuela sea capaz de llegar tan lejos como los pequeños de la película. Se la recomiendo.

12-V-15, Alfons Calderón, lavanguardia