España cañí -198: histeria nacionalista gubernativa por unos silbidos de unos espectadores de fútbol
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El comunicado de condena que divulgó el Gobierno durante el descanso de la final empezó a redactarse a las 20.24 horas y se concluyó a las 21 horas 15 minutos y 59 segundos, o sea, aproximadamente un cuarto de hora antes de que comenzara el partido, según consta en los datos informáticos internos del texto, creado con el programa Microsoft Word 2010.
La Comisión Antiviolencia, reunida ayer con carácter extraordinario y de urgencia, "condenó enérgicamente todos los incidentes acaecidos en la final de Copa", abrió un expediente sancionador y recabó información para delimitar responsabilidades, que podrían ser de carácter penal y alcanzarán seguro a los organizadores de la protesta. Tampoco se descarta que haya sanción para los organizadores del partido: la Federación Española de Fútbol (FEF), el Barcelona y el Athletic.
En su duro escrito, Antiviolencia muestra su condena "muy especialmente por los pitidos, ofensas verbales y gestuales realizadas durante la interpretación del himno nacional, así como la utilización de un espectáculo deportivo de manera premeditada, organizada y colectiva como escenario para la ofensa intolerante contra los sentimientos de millones de españoles y aficionados al fútbol". Y añade: "Esta Comisión hace también un llamamiento a las autoridades públicas para que sean un ejemplo ante los ciudadanos de un valor básico de la convivencia democrática de la que disfrutamos".
En rueda de prensa conjunta entre Miguel Cardenal, presidente del CSD, y Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad, ambos pusieron de manifiesto que hubo graves negligencias en la organización del partido, por lo que la Comisión da cinco días al Barça, al Athletic y a la FEF para que expongan qué medidas tomaron para evitar unos incidentes que podrían derivar en sanciones por un "posible incumplimiento del deber de asegurar la normal celebración de un espectáculo deportivo". Estas sanciones podrían llegar incluso al cierre de los estadios, explicó Miguel Cardenal.
Francisco Martínez informó igualmente de que la comisión acordó remitir la documentación a la Fiscalía General del Estado para evaluar la trascendencia penal de los hechos y solicitar a los responsables de seguridad de la Generalitat las actas del coordinador de seguridad del encuentro y los criterios para ubicar a las hinchadas de los equipos.
La comisión también abre expediente informativo "a las personas físicas y jurídicas o entidades que hayan promovido, inducido, colaborado, auxiliado o facilitado medios materiales o de cualquier otra índole para dar cobertura a las conductas infractoras". En particular, se acusa "a los firmantes del Manifest per la xiulada a l'himne espanyol i al rei Felipe de Borbón".
En el escrito de la Comisión Antiviolencia se recuerda también que "la Carta Olímpica establece una prohibición expresa y genérica para no permitir ningún tipo de manifestación ni propaganada política," así como "la norma disciplinaria de la UEFA, en su artículo 16.2, dispone que los partidos de fútbol no deben ser utilizados como foros de propaganda ideológica".
Por otra parte, según informa José María Brunet, la Fiscalía considera que los abucheos y la pitada al himno español del pasado sábado en el Camp Nou no son perseguibles penalmente, porque no constituyen delito. El criterio ya quedó sentado en anteriores ocasiones en que la intervención de los fiscales fue solicitada por algún colectivo o después de la presentación de una querella.
El asunto se replanteó ayer en la Fiscalía de la Audiencia Nacional y se llegó a la misma conclusión sobre la falta de previsión o tipificación legal de este tipo de conductas. En este sentido, se manejó un escrito elaborado por los fiscales en el 2009 a raíz de acontecimientos similares que dieron lugar a una querella de Manos Limpias.
Preguntado al respecto, Miguel Cardenal fue tajante: "Lo ocurrido en el 2009 no sienta jurisprudencia porque no fue una sentencia del Tribunal Supremo. Y además los tribunales cambian".
2-VI-15, C. Novo, lavanguardia