70 años de una ONU rehén del derecho de veto
La organización de las Naciones Unidas (ONU) cumple 70 años en medio de un mundo convulso. Si el objetivo de los fundadores era prevenir nuevas guerras, el fracaso de su razón de ser es absoluto.
"La humanidad encara hoy una creciente gama de problemas que requieren una atención urgente, desde los múltiples conflictos bélicos y ataques terroristas alimentados por el extremismo violento, la represión realizada por regímenes autócratas y enfrentamientos en África, Europa del este, Oriente Medio y en cualquier lugar, hasta los peligros que suponen el cambio climático, la desigualdad económica y la cada vez mayor ciberamenaza".
Este diagnóstico aparece en el reciente informe elaborado por un equipo de expertos en los que se certifica la crisis de la "gobernanza global".¿En ese documento se reclama una transformación en profundidad de la institución multinacional a la vista de su incapacidad para afrontar los retos.
El término naciones unidas se atribuye al entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, y lo pronunció en plena Segunda Guerra Mundial. Los aliados se plantearon la necesidad de crear un nuevo tipo de organización internacional a la vista del fracaso de la Sociedad de Naciones creada en 1919.
La idea se concretó el 26 de junio de 1945. Ese día, hoy hace siete décadas, 50 países rubricaron la denominada Carta de las Naciones Unidas.
La avenencia fundacional se rompió al poco entre los impulsores. La dicotomía capitalismo y comunismo se evidenció pronto en el Consejo de Seguridad, el órgano ejecutivo de la ONU. Cinco países (EE.UU., Francia, el Reino Unido, China y la Unión Soviética) se reservaron el derecho de veto, lo que en la práctica supone el bloqueo en cualquier gran decisión. El conflicto por el encaje de Israel y el destino de los pales-tinos irrumpió como ejemplode esa incapacidad operativa.
El espejismo de concordia que supuso el fin de la guerra fría, tras la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS, no fue más que eso, un espejismo. El nuevo orden mundial surgió después de los atentados del 11-S del 2001.
La ONU, con sede central en Nueva York, se ve incapaz de cumplir su labor por la nula efectividad del Consejo de Seguridad. El binomio Israel-Palestina, Siria o Ucrania demuestran su inoperancia. En el informe -liderado por la exsecretaria de Estado Madeleine Albright y el ex alto cargo de la ONU Ibrahim Gambari- se aconseja una reforma profunda. Sugieren que el Consejo se expanda -ahora, además del grupo de cinco, hay diez países más temporales- y se restrinja el derecho al veto. Esta reforma, sin embargo, hace años que se intenta sin avanzar ni un paso.
Otra de las piezas importantes de la ONU, las fuerzas pacificadora o cascos azules, también están en la picota por los abusos sexuales que han cometido en zonas a las que van a prestar ayuda.
26-VI-15, F. Peirón, lavanguardia