"La sociedad ha sustituido al filósofo por el neurocientífico", Salvador Pániker

Si el filósofo no tiene suficiente voz en la vida pública, es porque los políticos y la sociedad en general "lo han sustituido por neurocientíficos", en los que se deposita ahora una gran confianza, aún más que en "sociólogos y científicos", ha denunciado Salvador Pániker.

Salvador Pániker: La filosofía rehuye "soluciones simplistas y utópicas" y, al contrario, explora "la complejidad, que requiere más imaginación, más creatividad", ha insistido en una entrevista con Efe el filósofo Salvador Pániker, fundador de la editorial Kairós, especializada en mística y ciencia de Oriente y Occidente.

"Desearía una recuperación de la sabiduría filosófica", postula Pániker (Barcelona, 1927), aunque matiza que es "muy escéptico" sobre ello, ya que "los filósofos no dan siempre en el clavo: era lo que defendía Platón y le fue bastante mal".

Sin filósofos y "con esa predilección por lo tecnológico de materialismo pragmático", la sociedad queda huérfana y "creamos robots amnésicos, no seres humanos completos", por lo que esgrime que "es un disparate suprimir las humanidades de la enseñanza".

Cuando, para romper con la dinámica de ignorar al filósofo, a Salvador Pániker se le pregunta por la actualidad política, se postula como "muy europeísta", por lo que no cree en "el dividismo", sino en las "soberanías compartidas".

"El concepto de nación se inventó en el siglo XVII para salir del feudalismo. Ahora está en crisis, hay que inventar otra cosa para entrar en una globalización imparable", ha argüido.

Aún así, considera como "extraordinario e insólito" que "el interés general y el particular puedan ir unidos, en un mundo que siempre ha estado en guerra de todos contra todos". En esa "mezcla entre socialdemocracia y liberalismo que preside la civilización occidental" reconoce la huella de pensadores como Locke.

Sobre los escándalos de corrupción, Pániker apunta que, "además de corruptos y corruptores", entiende que "en una sociedad compleja es inevitable que haya corrupción" y recuerda que la democracia es solo "el sistema de gobierno menos malo de todos".

Por lo que respecta a las nuevas formaciones políticas que anuncian "el cambio", lo interpreta como "un síntoma de vitalidad apreciable". Con pedagogía, "una nueva forma de democracia de la complejidad, de la incertidumbre pero de la creatividad, nos alcanzará, y eso es lo divertido".

Como filósofo, Salvador Pániker se defiende como "agnóstico místico", porque no cree en las "religiones institucionales", aunque tiene un "sentido de la trascendencia" que encuentra a través del arte.

Rechaza, en cambio, la etiqueta de "filósofo vitalista" que se le atribuye en internet y justifica con sencillez que no es "como tantos otros intelectuales que pasan el día quejándose", aunque comprende que "la vida puede ser muy desagradable".

En otro orden de cosas, Pániker es un firme defensor de una muerte digna, una causa por la que luchó durante dos décadas como presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de España (ADMD).

Los políticos han "soslayado" el enfrentamiento con la Iglesia, aunque concede que "el Partido Socialista ya lo hizo por el matrimonio homosexual y las células madre" cuando estuvo en el Gobierno, pero en la eutanasia prefirió contenerse.

"Hablar de la muerte sigue siendo un tabú, se considera de mal gusto" en Occidente, Aún así, los mayores avances se han hecho en Bélgica, Holanda, Suiza y algún estado de los Estados Unidos y Australia, ya que se ha tratado como "un derecho humano de primera generación" que tiene que ver con "la libertad, ser dueño de su propio destino hasta el final".

En España, el Código Penal es lo suficientemente "flexible" para que, "si alguien ayuda a morir a otro y no tiene antecedentes penales, no vaya a la cárcel", como en el caso del tetrapléjico Ramón Sampedro, que inspiró la película Mar adentro y con quien se colaboró mucho desde la ADMD.

"Es un escándalo que la gente siga sufriendo y tenga que morir tan mal", denuncia. La implantación de los cuidados paliativos "ha dulcificado" la muerte, pero el problema "todavía no está resuelto". Y estamos preparados para dar el paso pues, según el ahora presidente de honor de la ADMD, "el 70 % de los españoles estaría de acuerdo con una ley de eutanasia activa".

Barcelona. (Irene Benedicto/EFE).- 8-VIII-15, lavanguardia