España cañí -210: miserabilidad de una casta (Bauzá, por ejemplo) parasitaria saqueadora

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El relevo institucional en Baleares sigue deparando sorpresas a los nuevos inquilinos del gobierno autonómico. La mudanza a las diferentes dependencias del Govern y el posterior inventario ponen ahora en entredicho al expresidente José Ramón Bauzá así como a buena parte de sus colaboradores más directos. Todos ellos abandonaron el poder y con él, los despachos, coches oficiales y demás prebendas y privilegios inherentes al cargo. Una mudanza que, no obstante, no ha sido del todo completa según denuncian los nuevos gestores.

Resultat d'imatges de BauzáEl nuevo Ejecutivo balear, presidido por la socialista Francina Armengol, no ha localizado una treintena de teléfonos móviles de alta gama asignados a Bauzá y a su círculo más próximo. Tras casi tres meses de intensa búsqueda no hay rastro de los preciados dispositivos, cuyo valor en el mercado oscila entre los 600 y los 900 euros.

En total, más de 15.000 euros que el gobierno de Bauzá gastó a costa del erario público en las semanas previas a las elecciones del pasado 24 de mayo. Es más, se da la circunstancia de que alguno de los terminales fueron adquiridos días después de los comicios y cuando ya se daba por hecho que un pacto de izquierdas desalojaría al PP de las principales instituciones de las islas.

Ante esta situación, el Govern ya ha remitido una carta a todos los interesados. En la misiva se les insta a devolver los teléfonos y cargadores así como a retornarlos previo reseteo. Un extremo que ayer todavía seguía sin producirse, según confirmó el Conseller portavoz. Marc Pons aseguró no tener constancia de ninguna devolución, aunque afirmó tener la convicción que acabarán por reponerlos.

En la carta, el Govern fija un plazo de un mes para la reposición de estos kits tecnológicos que en su día fueron puestos a disposición de los altos mandatarios del Gobierno de Bauzà. Además de Bauzà, los teléfonos que se echan en falta corresponden a los asignados al vicepresidente Antonio Gómez, y otros cuatro consellers. Todos ellos disfrutaron de terminales considerados de última generación.

8-VIII-15, D. Gilabert, lavanguardia