larga lista de asesinatos de periodistas y activistas críticos con Putin
Mientras no se resuelva, todo asesinato político en Rusia levanta sospechas. Los investigadores rusos han encontrado a la mayoría de los sicarios que han matado a políticos, periodistas o activistas de derechos humanos. Pero casi nunca han descubierto al que encargó el crimen. Como demuestra el caso de Alexánder Litvinenko, el exespía del FSB asesinado por envenenamiento en Londres en el 2006, esta situación supone un dolor de cabeza para el Kremlin de Vladímir Putin. Desde la oposición interna y desde los países occidentales se ha señalado el hecho de que la lista de opositores que mueren violentamente es muy larga. Tras el asesinato del destacado opositor Borís Nemtsov, en febrero del 2015, el mismo presidente ruso pidió que terminasen los “vergonzosos” asesinatos políticos. Los siguientes son los asesinatos políticos más destacados de la era Putin.
Vladímir Golovliov. Era miembro del partido hoy desparecido Rusia Liberal, fundado por el oligarca Borís Berezovski, enemistado con Putin y exiliado en Londres desde que este llegó al poder. Golovliov fue asesinado mientras paseaba a su perro en Moscú en agosto del 2002. No hubo sospechosos.
Valentín Tsvetkov. Gobernador de Magadán, en el Extremo Oriente ruso, encontró la muerte en octubre del 2002, con un certero disparo en la muy transitada calle Novi Arbat. El organizador del asesinato, Martin Babakejián, que había pagado 100.000 dólares para cumplir su objetivo, se escondió en España hasta su detención en Marbella en el 2006. Dos años después, un tribunal de Moscú le sentenció a 19 años de cárcel.
Serguéi Yushenkov. Un pistolero le mató en abril de 2003 al lado del edificio en el que vivía en Moscú. Formaba parte del partido Rusia Liberal. Un año después, cuatro personas fueron condenadas a prisión, líder de una facción rival.
Yuri Shchekochijin. Diputado y periodista del periódico opositor Nóvaya Gazeta. Había escrito sobre crimen organizado y corrupción. Murió en julio del 2003, según sus compañeros envenenado con talio. La investigación finalizó en el 2009, sin resultado.
Paul Klébnikov. Era editor de la edición rusa de la revista Forbes cuando en julio del 2004 fue abatido a las puertas de su oficina por varios pistoleros, que le dispararon desde un coche. De nacionalidad estadounidense, fue el undécimo periodista muerto durante la era Putin, según el Comité para la Protección de los Periodistas. En el año 2006 los fiscales acusaron de organizar el asesinato a Jozh-Ajmed Nujáyev, uno de los líderes de la mafia chechena sobre quien Klébnikov había escrito. La investigación se reabrió en el 2009, pero hasta ahora no ha dado resultado.
Andréi Kozlov. Era el subgobernador del Banco Central de Rusia. Fue tiroteado en septiembre del 2006. Dirigía el órgano regulador contra el lavado de dinero, que revisaba las licencias bancarias. En el 2008 un antiguo banquero, Alexéi Frenkel, fue sentenciado a 19 años de cárcel por organizar el asesinato después de que su banco, VIP-Bank, perdiera la licencia.
Anna Politkóvskaya. Destacada periodista de investigación y crítica con la política de Putin. Los criminales que acabaron con su vida la siguieron hasta su casa del centro de Moscú. El pistolero le disparó justo en el ascensor el 7 de octubre del 2006, coincidiendo con el cumpleaños del presidente ruso. Los acusados, Lom-Ali Gaitukáyev y Rustam Majmúdov, fueron condenados en junio del 2014 a cadena perpetua. No se sabe quién pagó el asesinato.
Natalia Estemírova. Defensora de los derechos humanos. En julio del 2009 fue secuestrada en Grozni, capital de Chechenia. Los investigadores creen que el organizador fue un rebelde checheno posiblemente muerto un año después.
Borís Nemtsov. Ex viceprimer ministro en la época de Borís Yeltsin, en el momento de su muerte, febrero del 2015, era la figura más destacada de la oposición liberal al Kremlin. Un sicario le disparó por la espalda cuando paseaba no lejos de la plaza Roja de Moscú. El director del Comité de Investigación de Rusia, Alexánder Bastrikin, aseguró ayer en una entrevista que publicó Rosískaya Gazeta, que el asesinato está ya resuelto. Cuatro ciudadanos chechenos están detenidos, y uno de ellos ha tenido relación en el pasado con el líder checheno, Razmán Kadírov. Este, sin embargo, no ha sido interrogado.
22/01/2016 - lavanguardia