"Cuatro prioridades ante la emergencia alimentaria global", Emma Bonino, V-08

"Los pobres pueden renunciar al petróleo. A los cereales no”

Cumbre de la FAO en Roma. Consideraciones de Emma Bonino, Vicepresidente del Senado italiano y ex comisaria europea.

“He participado en el reciente World Economic Forum sobre el Oriente Próximo, en Sharm el Sheikh, en el que se ha hablado sobre todo de la crisis alimentaria mundial, percibida como una amenaza dramática también en dicha región. La globalización ha permitido a millones de personas salir de la pobreza, y a países condenados hasta ayer a un lento desarrollo salir a flote como nuevas potencias económicas. Pero si millones de personas comen más y mejor, otras tantas, en otras partes del mundo, corren peligro de comer menos y peor. Lo mismo que en el sector energético, un aumento exponencial de la demanda de alimentos produce un aumento incontrolado de los precios. La diferencia entre petróleo y comida consiste en que sólo ésta constituye un umbral de subsistencia individual. Para los últimos del planeta, sobrevivir sin petróleo es lo normal, pero no sin cereales de base. Éste es el drama que conduce al riesgo de un progresivo ‘exterminio’ por hambre. ¿Es posible romper la cadena perversa que une el destino del chino de Cantón al del egipcio de Lúxor, en virtud del cual si el primeo está mejor es a expensas del segundo?

Yo veo cuatro prioridades:

1) Bomba demográfica. Hay que romper la inviolabilidad del tabú demográfico. ¿Cómo es posible no ver la urgencia de una actitud más seria ante este problema, si en un siglo hemos pasado de 1.500 a más de 6.000 millones de seres humanos?

2) Ayudas alimentarias. El aumento de pecios tiene efectos distorsionantes sobre la distribución, en perjuicio de los más vulnerables. FAO y PAM tienen que proveer a una mayor eficacia. Dichas ayudas ya no son excedencias de los países productores; son recursos a administrar con parsimonia y sentido de las prioridades.

3) Comercio. Proteccionismo y subsidios han ‘drogado’ durante decenios la agricultura de los países ricos. Limitando las exportaciones se reduce ulteriormente la oferta global. Es urgente revisar las políticas de incentivación de los biocarburantes, dados los altísimos costes de producción y la disminución de alimentos que comporta.

4) Producción. Se necesitan nuevos recursos para garantizar la oferta a largo plazo. La penuria actual me ha convencido de que hay que considerar los OGM sin prejuicios ideológicos. No todos estarán de acuerdo con estas prioridades, pero la alternativa de nuevas carestías en el Sur del planeta es intolerable. Ha llegado el momento de pasar de las bonitas palabras a las decisiones y a los hechos. Las grandes cuestiones de nuestro tiempo (cambio del cima, estabilidad de los mercados financieros, coste de las materias primas) deben ser abordadas y resueltas con un esfuerzo de ‘gobierno global’, basado en instituciones y reglas compartidas, y en modalidades que legitimen las primeras y respeten las segundas. Es oportuno que en la inminente cumbre de la FAO en Roma y en el G-8 en el Japón en julio, se aborde con este espíritu, y con determinación, el tema de la seguridad alimentaria”.

25-V-08, CorrieredellaSera, noticias24horas