"Los tres estados de la materia", Quim Monzó

Dictionnaire de la bêtise (suivi de) Le livre des bizarres par BechtelEn Le livre des bizarres, Guy Bechtel y Jean-Claude Carrière publican una lista de la gran cantidad de reliquias que hay registradas en el mundo. Tres cuerpos enteros de san Isidoro de Sevilla. Cinco de santa Perpetua. La sangre de san Jenaro que cada tanto se licua. De san Sebastián, cuatro cuerpos, además de cinco cabezas y trece brazos. En Tréveris conservan el miembro viril de san Bartolomé. En Augsburgo, la vulva de santa Gúdula. De san Juan Bautista no hay ningún cuerpo entero pero lo compensan diez cabezas y once dedos índices. El mayor prodigio es el de san Ignacio: se preservan tres cuerpos, seis cabezas, siete brazos y siete piernas,
un hecho sorprendente si tenemos en cuenta que, según la historia, murió devorado por los leones.

Lo que no sabía –y ahora leo en la nota de Efe– es que en el Vaticano se conserva, dentro de una botella, un estornudo del Espíritu Santo. Durante siglos lo custodiaron en la parroquia florentina de San Frontino. Para acabar de rematarlo también tienen un suspiro de san José. Según parece, un día el padre de Jesús bebía agua de una botella y estaba tan cansado que suspiró. ¡Ahí quedó atrapado el suspiro! Un ángel que contemplaba la escena cogió la botella y la mantuvo escondida durante siglos, hasta que unos monjes franceses que peregrinaban a Nazaret la descubrieron y se la llevaron a una de las iglesias de Blois, en el Valle del Loira. Mucho tiempo después la cedieron al Vaticano. Y como veo que de reliquias sólidas y líquidas hemos pasado a las gaseosas, prefiero acabar el artículo aquí para no ir más allá y resultar grosero.

28-X-16, Quim Monzó, lavanguardia