Le Canard Enchaîné

Resultat d'imatges de canard enchaineEl prodigioso semanario parisino Le Canard Enchaîne acaba de cumplir un siglo de existencia. Para enterarse de lo que ocurre en los corredores del poder francés su lectura es ineludible. Especialmente sus páginas 2 y 3: reflejan perfectamente el ambiente en el entorno del presidente, el primer ministro y sus ministros. Las miserias, delirios y fantasías de la gente del gobierno y de los prohombres de la oposición. Mientras la mayoría de los medios de comunicación son los altavoces de sus mensajes, este “semanario satírico que aparece los miércoles”, como reza su subtítulo, los sitúa en un terreno mucho más real y humano. No es exagerado decir que Le Canard es el medio de información más completo de Francia. Dedica muy pocos artículos a la situación internacional, pero lo que publica es crítico y agudo, nada que ver con la vulgaridad mainstream de los grandes periódicos globales que han perdido toda independencia, como es el caso de Le Monde en París. El Canard es también útil para ir al cine: su crítica de la oferta local es rigurosa. Las pelis y libros malos son presentados como tales, sin contemplaciones, algo hoy raro. Pero la gran anomalía de este semanario es su total indiferencia hacia la modernidad: pasa olímpicamente de internet y todo eso. En un mundo en el que se especula sobre el ocaso de la prensa de papel, Le Canard Enchaîne es la demostración viviente de su viabilidad: 400.000 ejemplares y 70.000 suscriptores.

Insólita también su libertad: es de los raros medios capaces de meterse con los poderes fácticos, con los ricos y sus empresas que dominan los medios, bien directamente, bien a través de la publicidad. En Francia no se puede leer nada negativo, por ejemplo, sobre el grupo Louis Vuitton (LVMH). En el Canard sí, porque este pato es independiente y carece de publicidad (y de fotografías: bastan algunas viñetas de chistes como ilustración). Pese a todo ello, o precisamente por ello, el Canard es rentable: 24 millones de euros anuales de cifra de negocios y 2 millones de beneficios el año pasado. Su mensaje es que si un producto periodístico está bien hecho y es socialmente útil, funciona. Por lo menos en Francia. Sus 30 periodistas –entre ellos sólo 4 mujeres– reciben sueldos decentes. El ambiente de redacción es sano y su consejo semanal de cierre, los martes, la víspera de su llegada a quioscos, se celebra en una cervecería en un ambiente en general distendido y alegrado por los tragos. Le Canard Enchaîne no pretende cambiar el mundo. Simplemente reclama el derecho de retratar al poder tal como es, no como pretende, y pitorrearse de él. A lo largo de su centenaria historia ha desvelado un sinfín de escándalos y secretos de Estado. Uno de los últimos, fue la revelación de que el peluquero de François Hollande, un presidente calvo, cobraba 9.895 euros mensuales. Periodismo de investigación y humor en un mismo medio. Un gran producto del made in France en la época de la globalización.

21-I-17, Rafa Poch, lavanguardia