TI: España sigue empeorando en percepción de la corrupción
“España tiene un problema de corrupción política muy serio y se tiene que afrontar de manera integral y sin parches”. Esta es una de las afirmaciones que incluye el duro informe sobre la percepción de la corrupción del año 2016 que Transparencia Internacional (TI) presentó ayer y en el que se advierte la cercanía a los estados que sufren corrupción sistémica. Después de todo, en el informe también se apunta que España ha alcanzado un “récord histórico de corrupción”.
“Es tan necesario como urgente que los partidos políticos consideren la corrupción como un asunto de Estado”, manifestó el presidente de TI España, Jesús Lizcano, que pidió que lleguen a un acuerdo integral en esta materia.
Y es que, aunque España repite la puntuación del 2015 obteniendo en el índice de percepción de la corrupción (IPC) 58 puntos sobre 100, en el ranking general de países pasa a ubicarse en el puesto 41, cuando el año anterior estuvo en el 36. Además, hay que tener en cuenta que del 2008 al 2012 ocupó posiciones entre el número 28 y el 32.
España empata con Brunei y Costa Rica. Y se encuentra por debajo de países como Bután (27) o Qatar (31). Le siguen inmediatamente Georgia y Letonia, en la posición 44 con 57 puntos. Si se compara con el resto de países europeos, España ocupa el puesto 17 de los 28.
“España está entrando en un pelotón de países que se han acercado peligrosamente a la corrupción sistémica muy recientemente”, advierten fuentes de la ONG, aunque a renglón seguido puntualizan que España no tiene todavía ese problema, “sino múltiples escándalos de corrupción política en los niveles superiores de los partidos y de los gobiernos”.
En la primera posición del ranking están Dinamarca y Nueva Zelanda, que empatan, obteniendo 90 puntos en el IPC. El país nórdico lleva cuatro años liderando la lista. La tabla la cierra Somalia, en el puesto 176 con 10 puntos, inmediatamente después de Corea del Norte (174) y Sudán del Sur (175) con 12 y 11 puntos, respectivamente.
, 26/01/2017 - lavanguardia