"Relatos", Màrius Carol

Stanley Greenberg, exasesor de Bill Clinton, Tony Blair o Nelson Mandela, sostiene que el relato es la llave de todo. El partido o el político que tiene la mejor historia, es quien gana. Para conseguir vencer, debe imponerse un mensaje ilusionante, elaborado y emocional , que acabe siendo interiorizado (y compartido) por la gente. El storytelling (el contar historias) –las “aventis” de las que hablaba Juan Marsé”– es decisivo en este momento de la política, con la ventaja de que las redes sociales contribuyen a divulgarlas a gran velocidad.

En el caso del independentismo, el relato resulta prácticamente imbatible, entre otras razones porque no ha habido otros alternativos. Como comentaba hace unos meses un dirigente soberanista: “Nosotros proponemos la felicidad y ellos, el miedo, por lo que somos imbatibles”. Y el temor sólo está de moda en el cine: después del atentado yihadista de la Rambla, el eslogan era “No tinc por”. Claro que hay que tener miedo, otra cosa es no dejarse vencer por él. Sólo los insensatos no le temen a nada. El temor debe saberse gestionar, como casi todo en la vida. “El miedo es el principio de la sabiduría”, escribió François Mauriac.

José Ortega y Gasset, escribiendo sobre Catalunya en los años treinta, supo poner en valor la importancia del relato: “Para comprender algo humano, personal o colectivo, es preciso contar una historia. Este hombre, esta nación, hace tal cosa y es así porque antes hizo tal otra y fue de tal otro modo. La razón histórica no consiste en inducir ni en deducir, sino lisamente en narrar”. El relato mítico puede ser indemostrable pero emociona. En este sentido, el Gobierno del PP no ha sabido contraponer un relato al soberanismo . La encuesta de ayer en El País establece que el 82% de los catalanes cree que Rajoy ha contribuido a reforzar el independentismo. Si tiene una propuesta para el 2-O, sólo podrá ser creíble si se acompaña de un relato inteligente.

11-IX-17, Màrius Carol, editorial lavanguardia