"Al señor presidente de Ferrovial", Lluís Amiguet

Señor Rafael del Pino Calvo-Sotelo, presidente de Ferrovial:

Sé que Catalunya y los catalanes sólo suponemos una mínima parte de sus mercados y preocupaciones y que la multinacional que preside, de boyante cotización, gestiona obras y servicios, como Heathrow, hasta los 31.500 millones de euros sólo en su cartera de servicios y construcción. Enhorabuena.

En su día, propuse en una Contra con un reputado ingeniero de transportes de Berkeley que, en vez de votar a partidos políticos, los ciudadanos votáramos directamente a las constructoras, cada uno según sus convicciones e ideologías. Eliminaríamos así intermediarios y ganaríamos en transparencia.

Y es que acababa de escuchar a varios catedráticos de la UPC poner el grito en el cielo (sin atreverse a ponerlo sobre el papel) por los sobrecostes y dilaciones en las obras de la línea 9 del metro barcelonés. Es de suponer que si una multinacional financia a un partido a cambio de que le conceda obra pública, tenga la tentación de resarcirse de su digamos inversión ignorando los plazos y aumentando el coste fijado por nuestros representantes: ¿cómo van a exigirle a una constructora en nuestro nombre quienes cobran de ella?

Es así como los contribuyentes hemos pagado el sobrecoste de tantas obras y la financiación de algunos partidos, los votáramos o no. Por eso, sigo pensando que mi modesta propuesta electoral no carece de vigencia: así sabríamos a quién votamos de verdad.

Quiero que sepa, en fin, que, de entre las constructoras que financiaban partidos cuyos nombres los juzgados van revelando, con una lentitud que en el caso Palau ha resultado exculpatoria, yo votaría a Ferrovial.

Resultat d'imatges de FerrovialEs madrileña, sí, pero de vocación universal, como las grandes empresas catalanas. Y no entretiene sus ocios ni dineros en financiar, como otras, clubs de fútbol, que además no ganan, sino una meritoria Fundación por la que desfilan los más destacados protagonistas del debate intelectual del momento.

A cambio de revelarle mi intención de voto, presidente, y tras confirmar los jueces que el importe de lo cobrado por Convergència Democràtica de Catalunya, hoy devenida PDECat, supera los seis millones de euros, sólo me preguntaba si no podría subvencionarnos aquí –ya sin obras de por medio– unas representaciones de ópera en la Ciutadella, como las del Central Park neoyorquino. Mientras tanto, permítame recomendarle, con modestia, otra Contra reciente, la del Nobel de Economía Christopher Sims, empezando por el título: “Si una empresa soborna, deberían prohibirle volver a concursar”.

17/01/2018 - lavanguardia