Sáhara Occidental, el único conflicto poscolonial africano que aún no ha sido resuelto

Sahara-2017La amenaza de un veto ruso ha retrasado la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la situación en el Sáhara Occidental, que debía haberse discutido y votado ayer. El borrador de la resolución, que está siendo redactado por Estados Unidos como es habitual, es bastante favorable a los intereses marroquíes, algo a lo que se opone Etiopía, miembro no permanente del Consejo, que siempre ha respaldado al Frente Polisario. Moscú, por su parte, busca vengarse de las potencias occidentales por los últimos bombardeos en Siria.

Ante los reparos rusos y etíopes, los diplomáticos norteamericanos han solicitado “más tiempo” para analizar las nuevas exigencias. En el texto que se ha filtrado, Rabat sale claramente fortalecido ya que el Consejo de Seguridad iba a hacer un llamamiento explícito para que el Polisario se retire completamente de la zona-tampón de Guergarat; se pide a las partes que cesen las actividades que puedan desestabilizar el proceso de paz, en referencia a las recientes denuncias marroquíes sobre movimientos saharauis al este del muro de contención; se exige a los “países vecinos” que se impliquen en los esfuerzos hacia la paz, en referencia a Argelia, que hasta ahora ha defendido que el problema es únicamente entre Marruecos y el Polisario; y, finalmente, se amplía la misión de la ONU (Minurso) un año más.

El independentista Frente Polisario mantiene su exigencia de que se celebre un referéndum de autodeterminación en los 266.000 kilómetros cuadrados que configuran el Sáhara Occidental, el único conflicto poscolonial africano que aún no ha sido resuelto. Marruecos rechaza cualquier solución que no sea una autonomía bajo su soberanía. La Minurso implica a unas 400 personas, con un presupuesto anual de 52 millones de dólares.

Entre los diplomáticos marroquíes ha sorprendido especialmente la oposición rusa a este texto, ya que las relaciones de Rabat y Moscú habían mejorado tras la visita de Mohamed VI a Vladímir Putin y la de Dimitri Medvédev a la capital marroquí. En torno al conflicto en Siria, la postura del monarca alauí sigue fielmente a las potencias occidentales, lo que molesta en Moscú. También se subrayan las especiales relaciones de Rusia y Argelia desde la independencia de este último país.

Los bombardeos de mediados de abril llevados a cabo por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido en Siria han soliviantado al presidente Vladímir Putin. El responsable ruso de Asuntos Exteriores habló de “agresión” contra un Estado soberano que no se quedaría sin respuesta. Ahora Rabat teme que Putin quiera pegar una patada a los países occidentales en el trasero de los marroquíes.

La posición marroquí encuentra un firme defensor en el Gobierno francés, que en los últimos tiempos ha apostado claramente por una alianza incondicional ante la inacción de la política exterior española. Mohamed VI y Emmanuel Macron se han entrevistado en varias ocasiones, la última hace unos días en el Palacio del Elíseo, mientras se mantiene en suspenso y sin fecha la abortada visita de los Reyes de España a Rabat.

Rusia “considera que la cuestión del Sáhara forma parte del juego geopolítico en el escenario internacional, y lo va a utilizar en la partida de ajedrez que mantiene con los países occidentales”, refiere un diplomático marroquí. Dado que Washington, París y Londres forman el núcleo central de los países que apoyan la nueva resolución sobre el Sáhara, Moscú quiere hacerles pagar un precio por lo sucedido en Siria.

La nueva resolución de Naciones Unidas debería recibir luz verde el próximo lunes, día 30, fecha a la que se ha pospuesto la votación en el Consejo de Seguridad y en la que expira el actual mandato de la Minurso. Podría suceder, sin embargo, que el Consejo decidiera “parar el reloj”, es decir, continuar negociando durante los primeros días de mayo y, si se llega a un consenso, poner como fecha del acuerdo la del 30 de abril.

, Sevilla

26/04/2018 - lavanguardia